Sonia Sanoja en escena,
por Mayte Navarro
Recuerdo que todos los días llegaban a casa, acompañando al pan, El Universal y La Religión, este último porque mi abuela, además de ser muy católica, era admiradora del verbo de monseñor Jesús María Pellín, director del que por mucho tiempo fue el decano de la prensa nacional. Los fines de semana se sumaba El Nacional.A los periódicos se agregaban varias revistas. Allí estaban Páginas, Kena, Momento, además de las extranjeras Hola, Familia, que era mexicana y otra argentina. Así conocí a los famosos de la época.Entre las mujeres que me llamaban la atención y que eran noticia estaba una bailarina. Me impactaba su maquillaje profundo que subrayaba sus facciones mestizas. El negro del delineador alargaba más sus ojos que junto a sus poses dancísticas la transformaban en un felino. Me refiero...