Dorothy Smith, ha alucinado por tercera vez esa noche. El sudor brilla en su frente. Conciliar el sueño se ha vuelto una experiencia dolorosa para Dorothy. Vuelve a tragar saliva, buscando un poco de alivio que no halla.
El llanto de los coyotes la sigue aturdiendo noche tras noche.
El llanto de los coyotes la sigue aturdiendo noche tras noche
Sigue sin dormir, tejiendo ropita para su bebé. En cada punto de ese tejido va buscando un alivio que no consigue. Su marido está muy lejos y tardará en volver a casa.
Dorothy vuelve a la estufa. Calentar agua para su té la tranquiliza. El sonido de la tetera le da paz, muy poco realmente. Sigue tejiendo, así quizás en algún momento su bebé muerto vuelva a llamarla y tenga que correr al cuarto.
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