Gente que Cuenta

El zoo,
por José Manuel Peláez

Bebe de pereza Atril press
“sin Manolo, el animal estaría muerto en menos de una semana…”
Fuente: https://br.pinterest.com/

No soy amigo de los zoológicos, al igual que no me gusta ver pájaros en jaulas ni pececitos de colores en recipientes de cristal con falsas algas rodeando falsos castillos sobre falsas arenas. Me gustan los animales, pero lo que no me gusta es verlos como en una postal.

Sin embargo, Manolo me había convencido para llevarle a nuestro parque zoológico, dadas las excepcionales circunstancias. Ocurrió que muy cerca de su casa una hembra de “perezoso”, con su cría en la espalda, trató de cruzar la calle cuando fue atropellada. La madre murió, pero la cría se salvó y algunos niños se empeñaron en adoptar al animalito.

Mientras yo conducía, Manolo sostenía en su regazo al pequeño y extraño vertebrado que parecía un alien preguntándose cómo había llegado aquí. Supe que Manolo había impedido que los “salvadores” del huerfanito lo salvaran. Lo tomó bajo su protección y me llamó para que fuéramos donde alguien que supiera lo que había que hacer.

La joven doctora que nos recibió me sorprendió, no solo por su juventud, sino porque de verdad parecía conmovida ante lo ocurrido. Se comportó como un ser humano más que como una experta. Nos explicó que estas desgracias eran cada vez más frecuentes; el comercio con animales exóticos movía mucho dinero y, entre ciertas personas, se consideraba trendy tener en sus jardines animales originales de otras partes del mundo, como el caso de nuestro perezoso que seguramente venía de América Central. Le pregunté, a pesar de la mirada recriminatoria de Manolo, si no hubiera sido mejor dejarles el animal a los niños que seguramente lo iban a cuidar. Ella sonrió con cierta amargura y me aseguró que, sin Manolo, el animal estaría muerto en menos de una semana. Lo más seguro era que, como se trataba de un bebé, le habrían dado leche lo que para los perezosos es mortal.

─ No basta querer ser bueno… hay que saber ser bueno ─ me dijo Manolo, en el camino de regreso ─ Los niños habrían envenenado al perezoso con todo su amor.

La bondad no es solo un asunto de sentimientos, según mi amigo, la bondad también es un asunto técnico, aunque esa sea una idea antipática porque estamos acostumbrados a pensar que no se cuestionan las buenas intenciones.

Le agradecí la reflexión, pero no le dije que tenía la mejor intención de conocer más a la joven y dulce doctora.

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José Manuel Peláez
Profesor universitario de Literatura del Renacimiento y Teatro Contemporáneo. Escritor de ficción para cine, televisión y literatura, especialmente policial. Sus novelas “Por poco lo logro” y “Serpientes en el jardín” se consiguen en Amazon. Ha creado y dirigido Diplomados de Literatura Creativa y de Guion audiovisual en la Universidad Metropolitana de Caracas. Actualmente mantiene un programa de cursos virtuales relacionados siempre con la Narrativa en todas sus formas.
josemanuel.pelaez@gmail.com

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