En el vasto y complejo universo del cerebro, donde millones de neuronas están en constante comunicación, existe un sistema de regulación que es fundamental para mantener el equilibrio necesario para un funcionamiento saludable. Este sistema es en gran parte sostenido por el ácido gamma-aminobutírico, mejor conocido como GABA, un neurotransmisor esencial que actúa como el principal freno del cerebro.
El GABA actúa como el freno en un automóvil que va a toda velocidad, donde miles de pensamientos y acciones compiten por avanzar. Como ese freno esencial que ralentiza y regula el tráfico neuronal, en su ausencia, el cerebro podría correr fuera de control, llevando a choques y caos. Con el GABA, cada impulso se mantiene bajo control, asegurando un viaje cerebral suave y equilibrado.
En el cerebro humano demasiada excitación puede llevar a problemas como la ansiedad, el insomnio o incluso convulsiones. Aquí es donde entra en juego el GABA. Este neurotransmisor asegura que las neuronas no estén disparando constantemente, lo que podría causar una sobreestimulación cerebral. Cuando los niveles de GABA son bajos, el cerebro puede quedar expuesto a una mayor excitación, lo que puede traducirse en sensaciones de ansiedad o estrés.
El GABA se sintetiza a partir del glutamato, un aminoácido que se encuentra en alimentos ricos en proteínas. Consumir alimentos que contienen glutamato puede apoyar la producción natural de GABA. Algunos de estos alimentos incluyen: Tomates, uvas, cítricos, nueces, brócoli y espinacas; lo encontramos igualmente en el té verde, la valeriana, la pasiflora, el magnesio (plátano, aguacates y almendras activadas), cúrcuma, ejercicio regular (actividades de intensidad moderada como el yoga, la natación y la caminata), meditación y mindfulness.
Algunas personas optan por tomar suplementos de GABA directamente, aunque no es un estimulador “natural” en el sentido estricto. Sin embargo, es importante señalar que la efectividad de los suplementos de GABA es debatida, ya que la capacidad de GABA para cruzar la barrera hematoencefálica es limitada. Por esta razón, se suelen recomendar más los métodos naturales para estimular su producción interna.