No quisiera gastar muchas horas escribiendo este texto sobre la avaricia. Pero escribir es un oficio reñido con el apuro. Se va tornando exigente: en el ordenamiento del palabrerío se invierten horas que nunca volverán. Además, causa daños colaterales: se devalúa la computadora, muere un cardumen de células de tanto meditar y se derrocha electricidad.
Según la Divina Comedia, los avaros y los pródigos están atrapados en el cuarto círculo infernal. Su castigo consiste en dar vueltas sin parar y gritarse insultos. Los avaros perdieron el paraíso por haber guardado mal. Y los pródigos, por la manera como gastaron lo que tenían.
Si escondes los billetes, aunque estés vomitando sangre, eres un avaro y el diablo hará pisillo con tus entrañas. Si agarras el dinero y comienzas a dilapidarlo en francachelas y puterías, el infierno será tu hotel, después de que Caronte, el último taxista, te deposite en la otra orilla.
Jamás he entendido con lucidez cegadora por qué los siete pecados capitales tientan al diablo si son más leves que robar y matar. A veces he llegado a especular que esas siete faltas son una broma erudita y perversa del Dante Alighieri, tramada para diversificar la maldad del infierno en la Divina Comedia, que debió llamarse La Divina Tragedia.
Bueno: nada es lo que parece. Si uno se pone a pensar demasiado, saca la conclusión de que los siete pecados capitales son catorce, porque cada pecado engendra su media naranja. Si una persona lujuriosa merece el infierno ¿Qué castigo habrá para una persona frígida?. (No besa, no gime, no se queja, no se menea ¿Qué hace entonces sin ropa en la camilla?, ¡Por favor! ¡Estamos en la morgue!).
Actualmente, cuando la regla básica de la supervivencia es comprar o vender, la avaricia asume características de gerencia estratégica. La avaricia es el pecado mundial. El individuo quiere todo para sí. La avaricia es la perla del capitalismo. Es perentorio tener más dinero que los demás. Si no es así, estás acabado, peor que los tipos condenados al cuarto círculo del averno. Hay que experimentar el placer de cargar en la cartera mazos de tarjetas doradas, negras, plateadas y platinadas. Antes de partir hacia el infierno o en su defecto rumbo al Caribe.
Poeta, narrador y periodista venezolano. (Villa de Cura, Aragua, 1945). Reside en Génova, Italia. Fue director de varias revistas culturales y páginas de arte de los diarios venezolanos más importantes de los 80 y 90. Entre sus poemarios, Los poseídos fue Premio Municipal de Literatura 2000 . Tiene libros de cuentos , entrevistas y biografías , además de 8 novelas . Una de ellas ,El bululú de las ninfas (2007) fue Premio Miguel Otero Silva . Sus poemas están publicados en antologías de lengua española e italiana. Es finalista del premio internacional de literatura Pilar Fernández Labrador 2021, de Salamanca,España.
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