Había una vez un príncipe – Mayte Navarro
Había una vez un príncipe que sabía que nunca sería rey. La gente decía que era el más buenmozo de los hijos de su majestad y por ello lo bautizaron como el soltero de oro. Su destino no estaba marcado por grandes responsabilidades y por ello consideró que vivir la vida loca sería lo más acertado. Al fin y al cabo, sólo se vive una vez.Pero el príncipe no disfrutaba solo, a su alrededor también había una corte de amigos que quisieron compartir la gran vida en Saint-Tropez o en Tailandia. Esos no aparecen ahora. Lo dejaron solo. Cosas de los adulantes.Las experiencias estaban en un yate full equipo, que incluía también los placeres de la carne. Al terminar las vacaciones unos regresaban a su existencia incógnita, pero el príncipe, quien había saboreado lejos de su palacio lo que él creía qu...