En Rio de Janeiro siempre hace calor y es una ciudad que se sabe bonita e inolvidable. Tal vez por eso no atiende a reglas estrictas y entre playa, fútbol y samba ha creado sus propios códigos.
A nadie le extraña ver gente en traje de baño cantando en un bar mucho después de haber anochecido, o que los porteros de los edificios y los mesoneros hayan estado en un mismo lugar desde que todos recuerdan.
La playa es el patio trasero de una ciudad siempre vestida a medias, que suda y baila, discute fútbol y política y le encuentra una punta de gracia a cualquier tragedia, heredera de esclavos y aristócratas, en fin, sin igual.
Esa es la ciudad de Chico Buarque. Nadie como él la entiende, la conoce, la enaltece y nadie como él se ríe con ella.
En esta oportunidad la presenta a través de los ojos de Manuel Duarte, escritor en crisis cuya principal pesadilla es haber sido tan famoso. Duarte y sus glorias pasadas, Duarte y sus mujeres, Duarte y un niño que sobró de uno de sus amores. Hijo de alguien ilustre y ahora venido a menos, Duarte ya no es miembro del club más importante. Ahora va como invitado y eso porque uno de los miembros paga la cuenta.
Está aturdido por su recién adquirida condición de pobre, y no sabe bien cómo administrar las deudas, pero igual la va llevando, a lo mejor en el proceso de escribir otra genialidad o de lapidar su fracaso. Ni él mismo lo sabe.
Es un personaje típicamente carioca, y quien conoce la ciudad jura haberlo visto por ahí en más de una oportunidad.
En paralelo, la Ciudad Maravillosa, como la llamó el poeta, se debate entre malandros, traficantes y policías, telón de fondo de los ires y venires de Duarte.
Essa gente, de Chico Buarque no puede ser más carioca ni más envolvente. Tal vez porque no tiene más páginas, pero eso siempre pasa con Chico, que nunca deja espacio para aburrir.
Autor de otros libros y obras de teatro, además de su amplia trayectoria en la música popular brasileña, Chico Buarque se hizo acreedor del Premio Camões, la mayor distinción literaria de la lengua portuguesa.
Fue Directora Ejecutiva de la Fundación Andrés Mata de El Universal de Caracas, y Gerente del Centro de Documentación de TV Cultura de São Paulo. Es autora de varios libros y crónicas.
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