Esta frase, que eventualmente hemos utilizamos para referirnos a un hecho que ocurre o tiene un desenlace muy diferente al esperado, se ha convertido en una expresión muy frecuente. Ahora, que “Caperucita Roja se coma al lobo”, es algo que podemos encontrar todos los días cuando recibimos y revisamos la información presentada en los diferentes medios de comunicación.
¡¿Qué está ocurriendo?! Son múltiples los factores que están provocando estos cambios, ya presentes en todos los ámbitos, y a los cuales nos hemos ido sometiendo de forma lenta, progresiva… en total sumisión. De todos ellos, hay tres que destacan: el lenguaje, la tecnología; y… nuestra propia humanidad.
El lenguaje está cambiando, pero esto no es nuevo. Desde hace siglos la Real Academia de la Lengua se ha mantenido muy ocupada en ello, pero ya no se trata de revisión de modismos o la inclusión de nuevas palabras, ahora es algo grave y ajeno a la Academia: nos están cambiando el significado mismo de las palabras ya establecidas.
La Afasia, el problema que lamentablemente motivó el retiro de la actuación de Bruce Willis, es un trastorno del lenguaje que ocurre como consecuencia de una lesión cerebral. Es una condición que puede afectar la lectura, escritura, expresión o comprensión de las palabras. En nuestro caso, nos están imponiendo una “afasia artificial”. Lentamente los conceptos, definiciones y significados de las palabras han sido cambiados, de manera que si leemos algo es posible que no lo comprendamos, aunque no tengamos ninguna lesión cerebral.
La forma improvisada en la que se generan los cambios en las palabras, conceptos y definiciones, por unos supuestos criterios de inclusión entre otros, originan más dudas y confusiones. Para comprenderlo veamos unos ejemplos: afrodescendientes, un concepto establecido en base al color de la piel… Michael Jackson ¿habría dejado de ser afrodescendiente si hubiese completado su tratamiento? Otro, personas menstruantes, utilizado para referirse a lo que “antes” se llamaba mujer… ¿perderían sus derechos cuando alcancen la menopausia, o si se les practica una histerectomía? En el momento del matrimonio, el clásico “puede besar a la novia”, ¿debería sustituirse por “puede besar a la sangrante”? Claro, que viéndolo así, todo suena “ridículo” pero, es que esa es parte de la ridiculez que lentamente se está apropiando de nuestra existencia, y no estamos haciendo nada para evitarlo. Ya es hora.
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