No me quiero meter por la calle de que todo pasado fue mejor ni nada por el estilo, pero sí me pregunto si a las generaciones más recientes les pasa lo mismo que le pasa a la nuestra, que hemos sido testigos de cambios tan radicales.
“La perfecta ama de casa”, me viene como el primer ejemplo. Era un programa de TV de alta audiencia, que hoy en día nadie se hubiera planteado, considerando la cuestionada reputación de lo perfecto. En los tiempos que corren, declararse perfecto levanta sospechas, y, si crees que lo eres, te tomas el cuidado de no hacerlo del conocimiento público, porque de todas, todas, te caen encima.
Otro caso que recuerdo es el lema de una agencia de publicidad “permítanos pensar por usted”. Imagínense la reacción de cualquiera de esta época al que le hicieran semejante oferta, y resulta que fue un lema no solo políticamente correcto entonces, sino de gran beneficio para la empresa en cuestión.
Por último, para no extenderme mucho, menciono las propagandas de cigarrillos, donde médicos y dentistas recomendaban tal o cual marca. Con la mano derecha levantada: doy fe de haber visitado consultorios donde todo el mundo fumaba, pacientes y doctores.
También había una propaganda que garantizaba que “los jóvenes necesitan más azúcar para constante energía”. Calculen la polvareda que levantaría en estos tiempos entre nutricionistas y cualquiera del ramo.
O hemos vivido demasiado, lo que la verdad no creo, o el mundo da vueltas más rápido hoy en día. Ojalá a nadie le dé por decir que de ahora en adelante queda prohibido comer chocolate…
Fue Directora Ejecutiva de la Fundación Andrés Mata de El Universal de Caracas, y Gerente del Centro de Documentación de TV Cultura de São Paulo. Es autora de varios libros y crónicas.
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