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Freud y la Dopamina,
por Getulio Bastardo

Dopamina Atril press
Los neurotransmisores son sustancias que actúan en la comunicación entre neuronas y, de esta forma, promueven respuestas de inhibición o excitación en el sistema nervioso.

Cuando Sigmund Freud planteó la teoría psicoanalista, aun no estaban disponibles los conocimientos actuales acerca de los neurotransmisores, entre ellos la Dopamina.

Los estudios de Freud no estaban referidos a los neurotransmisores, sino que se centraban en aspectos psicológicos y psicodinámicos de la conducta humana.

Planteaba, además del inconsciente, el preconsciente y el consciente, que la mente se compone de tres estructuras que interactúan entre sí.

El Ello,(ID), representa los impulsos primitivos y biológicos. Opera de acuerdo con el principio del placer y busca la gratificación inmediata de los deseos, sin tener en cuenta las restricciones sociales o morales.
El Yo (Ego) se desarrolla a medida que el individuo interactúa con el mundo exterior y actúa como mediador entre las exigencias de placer del Ello y las restricciones del Super Yo. Opera de acuerdo con el principio de realidad buscando satisfacer los deseos del Ello de manera aceptable por la sociedad.
El Super Yo representa la voz de la moral y la conciencia. Se forma por la internalización de las normas y valores sociales, a través de los padres y figuras de autoridad. Su función principal es imponer restricciones y normas al comportamiento del individuo.

La dopamina es un neurotransmisor que desempeña un papel fundamental en la regulación de diversas funciones cerebrales, como las emociones, el control de movimientos, la motivación, el placer y la recompensa, la atención y concentración.

La falta de dopamina en los núcleos basales del cerebro da lugar a enfermedades como el Parkinson.
Los niveles adecuados de este neurotransmisor contribuyen a la sensación de placer y bienestar.

Se libera en respuesta a experiencias placenteras y reconfortantes, de allí que es importantísimo en la motivación, la búsqueda de recompensa y la toma de decisiones.
Al plantear Freud que el ser humano se mueve por impulsos y deseos inconscientes en busca de gratificación y placer, y que estos impulsos influyen en el comportamiento y la personalidad del individuo, y al postularse que la dopamina es liberada en el cerebro en respuesta a estímulos placenteros que refuerzan las conductas que generan sensaciones agradables o gratificantes, entonces se puede afirmar que los impulsos inconscientes y motivacionales están liderados por la dopamina.

En conclusión, un recién nacido es una masa muscular y de órganos impregnada de Dopamina, en busca de placer. (El Ello)

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Getulio Bastardo
Médico psiquiatra clínico, profesor universitario jubilado en Venezuela y activo en Perú, casado, con seis hijos y seis nietos. Soy un viejo feliz
getuliobastardo@yahoo.com.mx

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