A mis cinco o seis años, durante una sesión de cine de familia en la casa de mis tíos, hubo necesidad de rebobinar uno de los rollos. Y entonces la imagen de mi tío Colin, que venía bajando la escalera con uno de mis primos de la mano, sin más, ¡comenzó a subirla al revés!
Aquello no se parecía con nada que yo hubiera visto antes y se me quedó grabado para el resto de mi vida.
Más adelante supe que el milagro del movimiento corre paralelo a los prolegómenos del cine, y que en 1872 el inglés Edward Muybridge, gracias a una secuencia de fotos, captó por primera un caballo al galope.
"…el cine se hace con cámaras capaces de captar veinte y cuatro fotos por segundo."
También me enteré de que el cine se hace con cámaras capaces de captar veinte y cuatro fotos por segundo, que al ser proyectadas y gracias a la persistencia de la visión, dan la ilusión de movimiento. Si en vez de pasar la película hacia delante, la pasas hacia atrás, el movimiento se revierte. Así de fácil.
Pero volvamos a la escalera de mi tío Colin.
Yo misma me sorprendo de que años después, ya con un post grado de cine en mi haber e imposible contar cuántas películas vistas, sentada frente a una Moviola y tratando de editar, el truco de la imagen hacia atrás me siguió resultando fascinante, tal vez como en su momento impresionó la imagen en movimiento.
Ha pasado más tiempo y hoy ni se edita en Moviola, ni yo trabajo más con cine, pero conservo la misma inocencia de mis cinco o seis años, que ni he perdido, ni pienso perder…
delgado.luli@gmail.com