En la tarde del día viernes, las autoridades alarmadas, declararon a Londres en emergencia, pues la niebla, lejos de levantar, se iba haciendo cada momento más densa y pesada. Los choferes abandonaban los vehículos en la calle y así el tráfico que no se movía terminó por trancarse casi totalmente. Se dio el caso curioso de aviones que lograron aterrizar en el aeropuerto de Londres gracias al radar, pero al tratar de llegar al punto de desembarque de pasajeros, no lo pudieron hacer debido a la niebla. Hubo hasta un avión que se extravió en esta forma y el grupo que se envió a localizarlo, también se perdió en la niebla.