
Estudio de manos,
c. 1474
Fuente: https://www.artchive.com/
Mis manos tienen mente propia. Se nutren de la memoria y la experiencia para pulsar las teclas que forman las palabras que lees con los ojos y las transfieren a tu cerebro para descifrarlas, saborearlas, contarlas y almacenarlas.
Las manos encuentran el interruptor de la luz en la oscuridad. Encuentran la picazón que necesita ser rascada. Las manecillas del reloj nunca se detienen. Marcan el tiempo, miden nuestros días. Las manos son como el viento y las mareas, rara vez se detienen. Podemos heredar los ojos de nuestra madre y la nariz de nuestro padre, pero nuestras palmas y huellas dactilares son únicas. Es donde se escribe el destino.
Las manos nos hacen humanos. Nuestros parientes, los monos y los simios, carecen de los pulgares ágiles y los dedos sensibles que Miguel Ángel necesitó para tallar el David, Picasso para pintar el Guernica, John Lennon para tocar Imagine.
El piano requiere diez dedos, pero un solo dedo puede señalar culpables, señalar al villano. Puedes darle a alguien que no te gusta el dedo. O un puño. El dedo de un niño pequeño en el dique salvó a Holanda de las inundaciones. Quienes no oyen ni hablan hacen señas con dedos curvados y manos que giran.
Muchas manos facilitan el trabajo. Las manos limpias inspiran confianza. Así como ensuciarse las manos tiene su propio significado maligno. La mano que mece la cuna puede llevar un arma. El futuro en nuestras manos es resbaladizo como una anguila eléctrica. El futuro en nuestras manos es una tirada de dados. Si el futuro en nuestras manos es un bloque de hielo, se está derritiendo lentamente.
Poncio Pilato se lavó las manos después del juicio de Jesús. Edipo se arrancó los ojos con las manos desnudas al enterarse de que había matado a su padre y se había casado con su madre. Robert Oppenheimer se retorció las manos al contemplar el desierto de Nuevo México tras la explosión de prueba de la primera bomba atómica. Citó el Bhagavad Gita: “Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”.
El futuro en nuestras manos es pequeño, sutil y frágil. Si decidimos llevarnos a la nada, basta con la punta de un dedo para presionar el botón rojo.

Conoció a la actriz Carol White en Hollywood y escribió sus memorias, Carol Comes Home. Fue el primero de una docena de libros como escritor fantasma, incluido el bestseller del Sunday Times Today I’m Alice, la historia de Alice Jamieson, sobreviviente de un trastorno de personalidad múltiple. Su libro más reciente, “Cómo robar el Banco de Inglaterra”, se publicó en septiembre de 2024.
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