Por qué escribo,
por Getulio Bastardo

Creo que en mi caso hay un fuerte componente genético. Mi abuelo Jesús, agricultor, autodidacta, escribía versos y componía décimas para burlarse de algunas situaciones trágicas, como una inundación que una vez se llevó los sembradíos de todos.
Esas décimas de humor muchas veces las escuché en boca de mis tías, pero no hay registros de la mayoría de ellas.

Mi madre murió a los 90 años y a esa edad escribía poemas y era una gran lectora.
Mi primer cuento lo escribí en segundo o tercer grado de primaria cuando me mandaron a hacer un “tema de composición sobre el mar” y yo hice un cuento. La maestra me decía “el escritor”.
Una vez, aún niño le dije a mi abuelo:

–  Voy a escribir un libro

–  ¿Sobre qué?, preguntó

–  Sobre mi vida, respondí

–  ¿Qué tiene tu vida de interesante?

Allí́ me cortó las alas.
Ya hecho hombre, siempre quería escribir y escribía cosas que se perdieron. Incluso comencé a escribir décimas de tono humorístico que leía en ocasiones familiares.
Una de ellas fue en la oportunidad en que le hicieron un reconocimiento académico a un colega y amigo. Los organizadores me pidieron que presentara yo el acto solicitando que fuera en versos. Por supuesto que lo hice en tono humorístico, para arrepentirme después. Me arrepentí porque era un acto solemne y creo que no era propicio el momento.
Siempre me acordaba de cosas de mi niñez y comencé a hacerlas cuento, hace más de cuarenta años. Algunos se perdieron y otros los he recopilado y estoy en trámites de publicar.
Me gusta escribir, poner en letras situaciones vividas por mí o por otras personas que han llegado hasta mí por mi profesión o que he escuchado.
En el libro de cuentos que está en trámite para publicar voy a incluir un prólogo: “cada cuento tiene su historia” donde explico el origen de cada relato.
Agradezco a Luli la oportunidad de escribir en Atril, eso me quitó el miedo del principiante a publicar.
Soy psiquiatra y profesor jubilado, pero de esto escribo solo temas puntuales y alguna vez escribí un folleto con fines docentes. Las librerías físicas o virtuales están llenas de muy buenos tratados de psiquiatría, por eso no ahondo en este ámbito.
Escribo sobre amores frustrados o no, y me he atrevido a incursionar en el género policial.
Y volviendo a la genética, mis hijos tienen muy buena redacción y el mayor además de politólogo es periodista y antes de ser docente ayudó a muchos estudiantes a redactar y armar tesis.

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