Por muy raro que parezca, Manolo tiene familia. Habla muy poco de ella y seguramente no debe ser el pariente más querido por todos, pero tiene familia y en algunos momentos, esta hace su aparición.
En su última visita a su hermana y su cuñado, el amigo Manolo se peleó con ellos porque le habían comprado a su hijo de cuatro años la camiseta de un famoso club de fútbol. Enterré en lo más profundo de mis pensamientos la frase que pugnaba por salir: “¡qué tontería!”, decisión a la que aposté la esperanza de que el tema desapareciera por muerte súbita.
Pero lo que tiene que pasar, siempre pasa y aunque Manolo tampoco volvió a sacar la historia, su cuñado no tuvo mejor idea que mandarle, unos días después, una camiseta del mismo equipo de fútbol que la que le compró a su hijo. Y claro, visto lo visto del recochineo, Manolo se dio cuenta de mi gesto de: “¿Y ahora?” y apiadándose de lo que él pensaba que era curiosidad insatisfecha procedió a poner los puntos sobre las íes.
Para Manolo, la figura de “hay que ponerse la camiseta” como expresión de lealtad a un equipo, a una idea o a una persona, le resultaba particularmente antipática. Y en un niño de cuatro años, algo peor que dañina. Según él, establecemos un nexo con lo que representa la camiseta que se hace tan fuerte que ni el cambio de talla lo rompe. Y eso de “ponerse la camiseta” se convierte en perder el criterio, tu criterio. Si tienes puesta la camiseta de A o de B o de C, no podrás mostrar discrepancias, ni hacer malos gestos cuando A, B o C cometan, como todos hacemos, errores. Ser leal comprendiendo, aceptando y, al mismo tiempo cuestionando lo cuestionable es ideal, pero las camisetas terminan por pensar en tu lugar y entonces dices y haces lo que se espera de quien la ostente sin posibilidades de que tu individualidad viva.
Mientras Manolo observaba con atención el regalo de su cuñado pareció descubrir algo nuevo y me dijo: “Las camisetas vienen con bonos de regalo ¿Sabes cuál es ese bono?”. Di mi mejor respuesta, o sea no dije nada sabiendo que tampoco hacía falta y Manolo se iluminó diciendo: “Pues con la camiseta te regalan un bozal y un corset invisibles… para que no puedas hablar por tí mismo y para que no revientes por tragar lo que no quieres tragar”
Al día siguiente, Manolo me hizo publicar un aviso en mis redes.
SE REMATA CAMISETA CON BONO. (Sin usar)
Profesor universitario de Literatura del Renacimiento y Teatro Contemporáneo. Escritor de ficción para cine, televisión y literatura, especialmente policial. Sus novelas “Por poco lo logro” y “Serpientes en el jardín” se consiguen en Amazon. Ha creado y dirigido Diplomados de Literatura Creativa y de Guion audiovisual en la Universidad Metropolitana de Caracas. Actualmente mantiene un programa de cursos virtuales relacionados siempre con la Narrativa en todas sus formas.
josemanuel.pelaez@gmail.com