Los Beatles, esos prodigios de Liverpool, no tienen un solo “Día”, sino tres momentos estelares que sus seguidores celebran con devoción casi religiosa.
El primero de estos es el 16 de enero, cuando el Cavern Club abrió sus puertas y el 9 de febrero de 1961 un joven cuarteto, apenas conocido, comenzó a esculpir su leyenda en el escenario subterráneo. Para muchos, esta es la fecha que marca el inicio del mito, el punto de partida de una odisea musical sin precedentes.
Otra corriente de fervientes admiradores, particularmente los británicos, defienden que el verdadero Día de los Beatles es el 6 de julio, esa jornada de 1957, cuando John Lennon y Paul McCartney se encontraron por primera vez.
El 10 de julio es también celebrado como el Día de Los Beatles. Fue en 1964 cuando, tras conquistar América, la banda regresó a Liverpool en una ovación colectiva, justo a tiempo para el estreno de su película “A Hard Day’s Night”. Este film, un ingenioso híbrido entre documental y ficción, capturó con frescura y desenfado la esencia de unos días en la vida de los cuatro músicos, y fue un triunfo rotundo tanto en la taquilla como entre la crítica, al punto de ser considerada una de las cien mejores películas de todos los tiempos por la revista Time.
La irrupción de Yoko Ono en la vida de Lennon fue un punto de inflexión que, más allá de lo personal, significó la desintegración de una banda que parecía invencible. La tragedia se consumó en diciembre de 1980 con el asesinato de John, y se profundizó con la muerte de George Harrison en noviembre de 2001. Para los seguidores, el sueño había terminado. ¿O quizás no del todo?
Now and Then, balada de ecos psicodélicos, es un vestigio de la creatividad de Lennon, grabada en la intimidad de su hogar alrededor de 1977. Aunque quedó inconclusa, tras su muerte, el fragmento sobrevivió en un limbo durante casi tres décadas. Fue entonces que Paul McCartney y Ringo Starr, en un acto de nostálgico compañerismo, retomaron la pieza.
Utilizando sobregrabaciones y las guitarras de George Harrison de unas sesiones abandonadas en 1995, dieron forma a la versión definitiva. Gracias a la Inteligencia Artificial la canción resurgió.
Now and Then fue recibida con aclamación a finales del año pasado, alcanzó la cima de las listas en el Reino Unido, Alemania y Austria, y se colocó en el top ten de varios países, incluyendo Estados Unidos.
Así, contra todo pronóstico, los Beatles volvieron a hacer magia, recordándonos que su legado es tan inmortal como sus melodías.
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