
Hay ventanas que dan al zaguán de casas, vidas cerradas, donde el sol parece temer perder el brillo que ofrece generosamente a las más ínfimas de las flores. Algunas desembocan en callejones sin alma, entregadas a la irreverencia de los gatos y al orín nocturno de los borrachos que, al amanecer, suspiran por calles sumisas al vuelo de las mariposas. Otros, por caprichosa ignorancia, dan hacia árboles abandonados al polvo fangoso de los hombres y al desprecio de los días.
Absortas en infinitos soliloquios del yo, hay ventanas que son paredes tan opacas como el caballo que una noche caprichosa (quizás de verano) Ulises se empeñó en ofrecer a Troya. Y a veces, “en golpeados finales de días”, cuando el cielo parece no ser más que una ilusión y no se espera nada que valga la pena esperar, hay rendijas, seres, que nos abren al silencio pacífico de la luna y señalan hacia la insegura luz del amanecer.

Como ficcionista publicou: “Sobre outra coisa ainda” (13 short stories), Coleção LPF 20, X11, Edições esgotadas, Porto 2018; “Neste sonho que sou de mim”, Coleção LPF 20, X1, Edições esgotadas, Porto 2020. Como se de outro ela fosse, Edições esgotadas, Porto 2023
Fotografía: Gabriel Moralez