
Brújula accionada por agua, 1490. Detalle
Fuente: https://www.meisterdrucke.ie/
Nuestro cuerpo sabe de persistencia. Cada célula se renueva buscando equilibrio, sanación, coherencia. Lo mismo ocurre con nuestras emociones, pensamientos y vínculos. Persistir es un arte cuando se hace desde la consciencia, no desde el automatismo. No se trata de “aguantar”, sino de sostenerse en aquello que tiene sentido para uno mismo.
Persistir no siempre es continuar por inercia. A veces es detenerse, ajustar, cambiar el rumbo o incluso volver a empezar. En mi camino como médica integrativa y educadora, he descubierto que persistir es un acto profundamente biológico y humano, tan natural como la respiración y, a la vez, tan desafiante como mirar hacia dentro.
En estos últimos cuatro años, el mundo ha cambiado, y nosotros con él. Cambios acelerados, pérdidas, aprendizajes, fracturas y reconstrucciones. En medio de todo, lo que permanece —como un hilo que no se rompe— es la capacidad de regenerarnos desde adentro. Como un jardín que a veces parece seco, pero guarda en su raíz la promesa del brote nuevo.
Hoy, celebro también esas pequeñas persistencias cotidianas que no siempre se notan: una respiración profunda antes de reaccionar, el abrazo a tiempo, la rutina de cuidar lo que nutre, la elección de rodearnos de quienes también cuidan de sí y de otros. Persistir es un arte cuando elegimos hacerlo desde la salud, la dignidad y la alegría de estar vivos.
Y como parte de la evolución y donde el entorno nos influye, hoy en especial agradezco al grupo de editores que hace posible la publicaciones de Atril por persistir en brindarnos saberes y conocimientos que atesoro cada domingo. Persistir no es solo seguir: es elegir cada día desde lo que somos y queremos ser.

Más de la autora @homedoctorplus
homedoctorplus4@gmail.com
Participe de su programa Cápsulas Nutritivas
todos los miércoles a la 1:00 pm hora Panamá
Instagram @homedoctorplus