Sobre QEPD, de Luli Delgado
¡Estoy totalmente de acuerdo! Jajaja, son hermosos…me encantaría ir al de París, o a uno en Buenos Aires, que también es por el estilo, con grutas, estatuas de ángeles imponentes, mausoleos….
No he llegado a tu lectura, apenas empecé a leer ahora…me encanta Concha-Nolte…
Lourdes Troconis
Muy lindo tu cuento de la muerte. A mí no me gustan los cementerios. También me dan ganas de salir corriendo…
Creo que yo le tengo más miedo del que tú le tenías. No sé si al pasar los años disminuirá o aumentará ese miedo.
Por ahora me cuesta ver que ya han pasado tantos años…y estoy cerca de los sesenta (lo que antes creía que eran viejos…)
Abrazo fuerte a ti y a mi hermano.
Cristina Behrens
Interesante cómo cada cual vive o anticipa los pasajes finales. Yo que soy super controladora, fanática por reciclaje y odio desperdicios, ya dejé todo firmado prohibiendo que me reanimen, que enchufen cualquier aguja o tubo para alimentarme o respirar o activar el corazón. Y también firmé un documento en la Facultad de Medicina de la ROU para que se avise a Abatte para que recoja mi cuerpo y lo lleve a Facultad de Medicina para que lo usen y abusen en las clases de Anatomía. Y que los amigos y parientes salgan a festejar y brindar y bailar, sem choro nem vela, ¡com uma fita amarela!
Ernestina Onto Mack Filgueiras
Eu tenho muito medo de morrer. Ao ler sua crônica conseguir ter uma outra visão sobre o que vem depois (também quero encontrar tanta gente) e também me dei conta de quanta vida há num cemitério e do quão importante é aproveitar nosso “turno”.
Thaís Amaral