Segundos nombres,
por Lucy Gómez
¿Tienes segundo nombre? Yo sí. Nunca lo uso. Mi mamá me lo puso, porque, amante de la música y la danza clásica, tenía un balé preferido, Coppélia, donde un inventor misterioso crea una muñeca danzante del tamaño de una mujer. Creí que me ponía el nombre de la muñeca, pero con el tiempo descubrí que era el del inventor. Nadie pudo nunca escribirlo correctamente, sobre todo en las jefaturas y registros civiles, así que terminé llamándome Lucy Copella en la cédula de identidad, sufriendo burlas y sobrenombres en la escuela por ser gorda, sacar buenas notas y llamarme raro.Desde que pude me llamé Lucy para todo el mundo y odio los segundos nombres. Se sufre horrores llamarse Canuta, Segismunda, Agapita… ¿Qué tal Luis Pantaleón, Juan Benemérito o Crescencio Anthony?Yo sé que las intencion...