Gente que Cuenta

Cómo evitar discusiones acaloradas, por Otrova Gomás

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Cassius Marcellus Coolidge
Pareja discutiendo, 1877

El progresivo aumento del volumen de la voz en las discusiones constituye una de las causas más frecuentes de ruptura que hay entre las personas, incluyendo los divorcios.

Estudios de la Universidad de Kabul han determinado que si éstas manifestaran su discrepancias en voz baja evitarían ese acaloramiento que termina con gritos, insultos y que llevan al rompimiento.

Para suavizar las peleas verbales los científicos kabulenses  recomiendan al discutidor profesional el uso de uno de estos métodos:

Discutir susurrando o en secreto.

A la hora de empezar a discutir, propóngale a su cónyuge o contrincante que lo hagan susurrando, incluso como diciéndose un secreto en la oreja. En este último caso trate de no decir groserías muy ofensivas, porque por la proximidad de las caras, el otro enfurecido le puede dar un golpe.

Discuta en cuti

El cuti suaviza la violencia verbal, retrasa el odio, confunde la modulación maligna, hace divertida la rabia y complica el desarrollo de las ideas insultantes y ofensivas. Vea qué poco vejatorio suena un buen “cutico cutiño cutide cutitu cutima cutidre”

Use intermediarios

Este tipo de suavizador de insultos consiste en que en lugar de estar parado el uno frente al otro, se instalen en habitaciones separadas y le vayan manifestando sus puntos de vista alterados a un tercero, quien una vez oída la opinión va al otro cuarto y se la dice al destinatario quien a su vez le dirá lo que quiere contestarle al adversario.

Este método requiere una cuidadosa selección del intermediario para evitar que no diga cosas que no se mandaron a decir, haga interpretaciones personales de la ofensa, exagere el volumen de los gritos o simplemente se fastidie y se vaya  haciéndole creer a las dos partes que terminó la pelea, creando una paz artificial.

Discuta escribiéndose, sea por mail o por carta.

El insulto y los argumentos escritos exigen mejor meditación de la grosería y un desarrollo meditado de la injuria, además de que permite que queden documentados los calificativos e impide que después alguien intente decir que no dijo lo que dijo.

Túrnese el derecho de hablar

Uno de los peores problemas de la discusión acalorada es que las dos partes hablan al mismo tiempo y ninguno está oyendo lo que el otro dice.

Si se acuerda discutir con turno para gritarse, cada uno tiene que expresarse libremente en el suyo y el otro tiene que escucharlo.  Debe tratar de no hacerse ruiditos en voz baja tipo avión cuando el otro habla para no oírlo, porque eso sería trampa y desnaturalizaría el sabor de una pelea inteligente.  Igualmente pónganse de acuerdo en el tiempo de insulto permitido, y si lo que tienen que decirse es muy largo, túrnense por día. Un día insulta uno y al día siguiente el otro. En estos casos es obligatorio comparecer hasta que se cansen y hagan las paces por aburrimiento.

Pelee en forma rimada

Sea en copla llanera o recitándose las groserías en forma poética con versos libres, alejandrinos o sonetos. Lo interesante es permitir que la búsqueda de la palabra adecuada para versificar retrase la intensidad del agravio y suavice las ofensas.

Si usted está muy enfurecido y desea expresar los argumentos a toda velocidad pero mantener el tono de altura poética, es recomendable que antes de empezar se aprenda de memoria o tenga a mano palabras que rimen con lo que va a decir como:  moño, ajo,  ladre, muta, callejón y perico.

Jaime Ballestas
Otrova Gomás (Caracas, 1937) es un abogado, escritor, humorista y fotógrafo venezolano, actualmente residenciado en Budapest aunque con una contínua presencia en Venezuela.
jaimeballestas@aol.com

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