Gente que Cuenta

Controla, que algo queda – Lucy Gómez

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Roy Lichtenstein, sin título, 1973

Todo el mundo quiere que yo haga algo. Siento literalmente los tirones. Que llame para que me den una cita, que termine de levantarme, que sonría, que diga que todo va bien, que odie la comida italiana, que adore la comida francesa, que compre, que pague.
Control, control, control.

No es que diga que yo no controle ahora o no lo haya hecho antes, sino que siento   en este momento como nunca el control vívidamente, de una manera física, como correas invisibles de las que unos halan más  que otros.  Por la vida, más que por el destino o por el karma, caminamos guiados por los titiriteros del control.

Tanto es así que esta mañana al despertarme, tenía en la cabeza el horario en que tenía que escribir, dar una clase, salir a hacer una diligencia y por ende, empezar a funcionar.
Pero no específicamente para mi beneficio, sino porque otras personas previeron como, qué y cuando tengo que hacer, lo que según ellos tengo que hacer.

Hay quienes lo tienen tan interiorizado, que cuando no cumplen con lo que otros esperan de ellos, se regañan, se autocastigan y hasta se enferman.

En general, cuando otro no hace lo que se supone que quieres que haga, lo castigas. En el extremo, cuando se exterioriza violentamente ese rechazo, a esos rebeldes se les llama asociales y hasta sociópatas.

El control es la base de las sociedades humanas y animales que funcionan, pero puede llegar a ser asqueroso, disfrazado de amor y pasión por el bienestar.

Hoy no estoy a favor del control y eso que buena parte de mi vida he sido una controladora, quiere decir  jefe, madre o pareja de alguien.

“Es por tu bien”, recuerdo que decía, cuando ejercía ese control. Pero era mentira, buscaba mi tranquilidad- esa paz que da tenerlo todo atado y bien atado.

Solo cuando empecé a pensar en que mi tranquilidad está precisamente en lo contrario, en dejar que cada quien se ocupe de sí mismo sin mi interferencia, es que he podido empezar a aprender a vivir sin dar látigo, aunque a veces se me salga la clase, esa controladora que reconozco de lejos, cuando hago una llamada para saber si por fin  alguien hizo algo que le dije que hiciera, o no.

Lucy Gómez e1647642232444
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com

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