Para que no se les olvide – Luli Delgado

 

Aquí les dejo en un solo post, todo el proceso del cine que les fui contando seamana a semana.

Por unas y por otras, vamos poco al cine, o tal vez no volveremos más, pero cuando íbamos era más o menos así: comprábamos un ticket, por un afiche que nos llamó la atención, el nombre conocido de alguien del elenco, la recomendación de un crítico, o por simple intuición, que a veces también era el caso.

Ese ticket nos llevaba a un cuarto sin ventanas, donde había dispuestas butacas en hileras, todas viendo en dirección a una gran pared blanca.

Al fondo, casi imperceptible, había una hendija muy pequeña que cuando se apagaban las luces dejaba fluir la razón de ser de nuestra presencia en aquel lugar cerrado y en tinieblas.

Pulgarcito tiene maquilladora, Peter Pan usa dublé en las escenas con el Capitán Garfio, y a los enanitos los seleccionaron por casting

Fue desde siempre  así y no hay modalidad que lo supere. Allí lloramos, nos reímos, apretamos los puños, nos quedamos dormidos, reflexionamos y en definitiva nos metemos, como en los días del kinder, en el mundo ajeno y maravilloso de la historia que desfila frente a nuestros ojos.

La diferencia con las historias de nuestra infancia es poca. Como si dijéramos que en éstas Pulgarcito tiene peluquera y maquilladora, o que Peter Pan usa dublé para los enfrentamientos más peligrosos con el Capitán Garfio, o que a los enanitos hubo que hacerles casting. Ah, y la parte de los efectos especiales, que es maravillosa, y aquella música que te pone los pelos de punta o te agua los ojos sin que puedas hacer nada por evitarlo.

Pero son apenas pequeños giros de un mismo hecho: nos entregamos a las historias de cine con la misma fuerza y supresión de resistencias que teníamos a los cuatro o cinco años. Recobramos la capacidad de asombro, sorpresa, emoción y miedo que con tanto trabajo mantenemos a raya en el día a día, y nos abandonamos a la narrativa sobre unos seres a quienes nunca más veremos con indiferencia cuando los reencontremos en los anuncios de promoción.

Díganme si no era más o menos así…

 

 

 

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