Todos los niños tienen la capacidad para ser creativos. Con su infinita imaginación crean todo aquello que imaginan.
Crecí en un entorno donde había mucho arte, mi madre se dedicó por muchos años a diseñar y confeccionar vestidos para certámenes de belleza y todo tipo de vestuarios en la década de los 90’s. Mi padre, por muchos años fue músico.
Recuerdo que por las tardes se reunía en casa para ensayar con sus colegas. Los veía ensayar en ocasiones.
Crecí viéndolos trabajar. De alguna manera, ese entorno se convirtió en fuente de inspiración. De ahí nació mi gusto por la música.
Decidí estudiarla en la universidad. Tiempo después escribí mis primeras canciones y las compartí por un sitio web; un día recibí la llamada de un productor, quien me pidió permiso para utilizar mis composiciones en un cortometraje que sería proyectado en el cine de mi ciudad. Ahí fue el parteaguas, comenzaron a llegar más llamados a formar parte de diversos proyectos cinematográficos.
Hoy en día, para mí escribir música es una necesidad. Dicen que hay cosas que solo con ella se pueden expresar.
La creatividad nace gracias a la capacidad de estimular en los niños el desarrollo auditivo, el psicomotriz y la educación visual. Tiene sus raíces en la niñez.
Estudios demuestran que del entorno donde se desarrolla un infante repercuten las ideas que podría tener en el futuro. Así que analiza y mira a tu alrededor: algo de lo que te rodea puede llegar a ser un recurso que alimente tu inspiración.