Gente que Cuenta

Discriminación,
por José Manuel Peláez

Linda Benton Atril press
Linda Benton,
Tienda de mascotas
Fuente: https://pixelsmerch.com/

El calor era una realidad aplastante. Me quedé en la ciudad por asuntos de trabajo mientras muchos de mis compañeros, que habían acumulado vacaciones, disfrutaban en zonas más frías del país. Caminaba despacio, buscando las escasas sombras permitidas al mediodía cuando me topé con Manolo. Estaba parado delante de la vitrina de “HAPPY PUPPY” una tienda de mascotas que ha podido sobrevivir a las ventas por Internet. Desde sus arregladitas jaulas varios cachorros de gatos y perros nos miraban con tristeza.

─ Siempre me pregunto si ellos ─ Manolo señaló los animales ─ nos tienen lástima.

Con aquel calor yo no estaba dispuesto a entrar en una discusión filosófica, pero al ver que “HAPPY PUPPY” tenía aire acondicionado, obligué a Manolo a entrar. La caricia del aire fresco venía acompañada de maullidos, ladridos y pio píos varios. Había pocos clientes. A nuestro lado, una señora acompañaba a su hija en la selección de un periquito para su casa. La señora le iba mostrando las diferentes jaulas y la niña siempre encontraba una razón para no aceptar: este es muy gordo, este es muy amarillo, aquel me mira mal, el otro no me mira. Al final de los periquitos estaban los loros y cuando la madre y la hija se enfrentaron al primero, este gritó: “¡Socorrrrroooo! ¡Discrrrriminacióóóón!… ¡Discrrrriminacióóóón!.

En menos de quince segundos todos los animales hicieron presentes sus voces de protesta y, aunque no se entendieran, uno podía intuir que apoyaban al loro acusador de discriminación contra la niña y su madre. Pronto apareció el encargado que, convencido de que los animales eran capaces de “ver” la realidad de las personas, les pidió a madre e hija que abandonaran el local pues allí estaba prohibido discriminar.

Por solidaridad, abandonamos nosotros también el oasis.

─ Es curioso que solo nos quedemos con el sentido negativo de discriminar ─ me decía Manolo.  Discriminar significa también descartar de acuerdo con un criterio. Discriminamos cuando elegimos un supermercado o una ruta o un amigo. Entiendo que el criterio no debe ser razas o colores o creencias, pero hay muchos criterios válidos. Si quiero entretenerme con una lectura, discrimino las Confesiones de San Agustín, lo que no significa que las descalifique.

─ Deberías explicarle eso al loro ─ dije.

─ Seguramente podrá repetirlo, pero no comprenderlo.

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José Manuel Peláez
Profesor universitario de Literatura del Renacimiento y Teatro Contemporáneo. Escritor de ficción para cine, televisión y literatura, especialmente policial. Sus novelas “Por poco lo logro” y “Serpientes en el jardín” se consiguen en Amazon. Ha creado y dirigido Diplomados de Literatura Creativa y de Guion audiovisual en la Universidad Metropolitana de Caracas. Actualmente mantiene un programa de cursos virtuales relacionados siempre con la Narrativa en todas sus formas.
josemanuel.pelaez@gmail.com

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