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El desafío del rey, por Lucy Gómez

King Charless III Atril press
“El rey Carlos III asume con la misma carga y obligaciones tradicionales en medio de una crisis política y económica mayúscula”

Ser coronado rey sin poder hacer nada por cambiar lo que te rodea es el desafío al que se enfrenta hoy Carlos III del Reino Unido, amante de la música popular, conservacionista, defensor de la agricultura orgánica y de la lucha contra el cambio climático.

Para quienes vemos de lejos las monarquías, parece extraño el silencio casi sepulcral que los reyes mantienen sobre los asuntos públicos. Lo que ocurre, es que además de que lo tienen prohibido constitucionalmente, poco pueden hacer para cambiar algo.

A la madre de Carlos III, la reina Elizabeth II, cuando falleció a los 96 años, se le tenía como gran mérito que nunca hubiera expresado opinión sobre ningún asunto público. Su hijo asume con la misma carga y obligaciones tradicionales en medio de una crisis política y económica mayúscula, que ha puesto de relieve la fractura del sistema inglés de salud, el colapso de su clase media, la crispación que produce la inmigración irregular y una crisis política de proporciones.

En medio de ese caos, gastar 113 millones de euros en una ceremonia que se reproduce casi sin cambios desde 1066, rellena de joyas fantásticas, paseos en coches antiguos, desfiles interminables, piedras tradicionales e invitados internacionales a costa del dinero público, es difícil de tragar para una sociedad que a principios de año estaba encendida con huelgas de guardias de seguridad, maestros, profesores universitarios y conductores de trenes y autobuses.

Es el momento del Carlos persona, el mismo que se enredó con el bolígrafo en su primer acto público como monarca, pero también el que a su  manera se ha librado lentamente  del opresivo sistema familiar casándose al fin con quién quiso, dejando de lado vivir en el palacio de Buckingham porque “no es apto para el propósito del mundo moderno”, mudándose a un hogar menos pesado y ceremonial, intentando como puede  aumentar la tolerancia hacia sus privilegios, haciendo ver  que  la existencia de las monarquías en un mundo lleno de ruido y furia no es inútil ni cara, que pueden contribuir a mejorar el mundo con sus caridades, ejemplos, iniciativas y patrocinios. No queda sino desearle buena suerte.

Lucy Gómez e1647642232444
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com

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