Gente que Cuenta

El gallo húngaro, por Álvaro Ríos

Gallo de madera Atril press e1708039424677
“…Dicen que lo último que vio fue el gesto cínico del gallo…”

 Aquella tarde llegamos a casa de Mila para la celebración de fin de año. Con la cordialidad de siempre nos hizo pasar. El pasillo de la entrada lucía adornado de pinturas muy llamativas. Más allá, unas escaleras dejan al descubierto una pared dedicada a The Beatles, un espacio sagrado con imágenes de las diversas etapas de los chicos de Liverpool. Finalmente, el lugar se ensancha para dar paso a una sala amplia, cómoda y ventilada. En vez de ir a reclinarme en uno de los asientos permanecí de pie por un rato: un gallo de madera miraba la sala desde la parte alta de un estante. Me pareció tan real que me detuve a mirarlo por un costado. Los colores parecían brotar de su cuerpo hasta envolver a todo aquel que lo observara. Medía unos cuarenta centímetros de alto y representaba, con todo y su enorme cresta, una figura altiva, enigmática e incluso fisgona.

Mientras lo miraba recordé un asunto relacionado con alguien que conocí. Eran tiempos de luchas absurdas, de pérdida de tiempo, incluso estar vivo para contarlo es una bendición. En todo caso, aquello fue un gran error, pero, ¿qué se puede hacer? Lo cierto es que Pereira, luego de tanto traspié, siguió adelante, siempre de bajo perfil, pero eso sí, echando mano de malas mañas… En aquel tiempo Pereira era un cuarentón de una frente vasta: ivasta el trasero y se devolvía… En fin.

Una tarde, nuestro amigo recibió la visita de un tal Krakovski, Polanski o Galinski, vaya usted a saber cómo se llamaba realmente aquel fulano. Lo que sí se supo es que el caballero había arribado el día anterior en un vuelo comercial desde algún lugar de Europa. El musiú venía a zanjar unas cuentas pendientes con un hombre del sur quién, al parecer, tenía en su poder unas monedas de oro que habían sido hurtadas de un campo de concentración en plena segunda guerra mundial. Bueno, eso sostenía nuestro amigo Sepúlveda, pero lamentablemente ya no está con nosotros para que nos aclare unas cuantas cosas al respecto…

—Es una pieza formidable —dijo el recién llegado mientras señalaba al gallo de madera que miraba desde lo alto de una estantería—, creo que los fabrican en Hungría.

—Así que todo se fue al diablo —soltó Pereira sin prestar atención al comentario.

—Algunos dicen que no, pero pienso que todo ha sido una basura desde el inicio… Terminamos ablandándonos. ¿No lo crees?

—Yo ya no creo, ni pienso, ni opino; pero dime, ¿a qué has venido?

Luego de escuchar la respuesta del musiú, Pereira fue hasta una habitación y minutos después regresó con un pequeño bulto envuelto en un pedazo de tela que puso sobre la mesa.

El invitado lo desenvolvió.

—Una Colt, ¡vaya! —exclamó.

—Tecnología local, un cacho macanudo, —dijo Pereira mientras tomaba asiento en el sillón justo frente al gallo—, para que veas que no estamos tan atrasados como dicen ustedes los europeos. Y con silenciador bien silencioso, tú sabes, para no fastidiar a los vecinos.

—¡Una belleza! ¿Y funciona?

—Jamás te defraudaría…

Entonces, al advertir que estaba cargada, las manos del musiú se movieron como relámpago: armó, apuntó, y lo demás es historia.

Pereira recibió un tercer ojo de regalo a la vez que se fue de espaldas con silla y todo.

Dicen que lo último que vio fue el gesto cínico del gallo.

Y esa historia tan inquietante es lo que este gallo de aquí ha traído a mi memoria.

En cuanto lo vi, renuncié a pasar al fondo de la sala, de modo que tomé asiento a un costado para evitar que el gallo pudiera mirarme; sin embargo, yo, un tanto nervioso, todo el tiempo estuve con la vista sobre él.

Captura de Tela 2021 10 15 às 15.15.24
Álvaro Ríos. Maracay, Estado Aragua, Venezuela, 1965. Vive actualmente en Barquisimeto, Estado Lara. Es Ingeniero Electricista, Profesor Universitario y Escritor de cuentos, poesía y ensayo. Es autor de los libros “Sendero de Sombras” (poesía), “Efimerario” (brevedades), “Dilemas en el aire” (poesía) y “Criaturas Mínimas” (cuento). Ha sido colaborador de los diarios “El Impulso” y “Diario de Lara” en la ciudad de Barquisimeto. Algunos de sus cuentos han sido publicados en el portal “Letralia”.
alv_rios@yahoo.es

del mismo autor

9

Compartir en

    ¡Suscríbete a nuestro Newsletter!