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El saludable señor pepino, por Lucy Gomez

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El pepino es uno de esos vegetales que, aunque no está en la cima de la popularidad, se compra por millones de toneladas y siempre va ahí, en la lista de la compra. Porque se usa mucho, ayuda a enmarcar el tomate, que es la estrella de las ensaladas y combina con casi cualquier cosa. No sabe demasiado a nada. Su gracia es que es refrescante y se ve muy bien.

Me empezaron a llamar la atención debido a mi afición por Agatha Christie y sus escenarios ingleses de los años cuarenta, donde entre crimen y crimen se seguía la costumbre del afternoon tea. Ahí reinan los sánduches de pepino, un clásico de pan blanco de molde sin corteza, rodajas de pepino y mantequilla.

También sirve para otra cosa. Es cosmético, un hidratante natural y astringente, que en rodajas sobre los ojos combate ojeras y pieles manchadas y secas. Es relajante, calma la conjuntivitis y los orzuelos. Combate las arrugas y el acné. Para esos temas, se licúa la pulpa con hojas de menta, se agrega después una clara de huevo batida, se aplica en la cara por diez minutos y se saca después con agua tibia. No una sola vez ¿ok? Por lo menos una vez por semana…

Cultivar pepinos es muy fácil para quien viva en un sitio entre 15 y 28 grados. En los países tropicales se da muy bien. En los de cuatro estaciones se siembra entre febrero y marzo dentro de casa, en macetas, y desde abril, si no hay riesgo de heladas en terreno abierto. Es muy de verano.

Las variedades para terrenos son altas, de 1,80 metros, más o menos. Se les coloca un enrejado o malla, porque son enredaderas y se cultivan verticalmente para evitar hongos, ya que en su hábitat natural se desparraman un poco por el suelo. Las variedades para huertos urbanos, en maceta, son más compactas y bajas, no requieren enrejado sino un trípode hecho con tres palos juntos o una barandilla de un metro, que los sostengan en una maceta de 20 litros aproximadamente. Compost, tierra y arena de río a partes iguales como medio de siembra, en un sitio bien soleado y manteniendo la tierra húmeda, no empantanada.

Siembras tres semillas en el centro de la maceta y cuando tengan 8 cm de alto, escoges la mejor y quitas las otras dos. Coloca los palos de sostén y cuando florezca, fertiliza con compost o humus de lombriz y lo haces de nuevo tres semanas después. Detrás de las flores vienen los pepinos… en total pasan unas  siete semanas. Cógelos antes de que estén por completo maduros. Si lo están, se amarillean y se amargan, hay que usarlos al momento.

Lucy Gómez e1647642232444
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com

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