Gente que Cuenta

Esclavo modo freelance,
por Victorino Muñoz

Kasia Derwinska Atril press
Kasia Derwinska,
Fantasía original, s/f

He tenido la oportunidad (no podría decir que “la suerte”) de trabajar en modo freelance desde hace unos años, incluso antes de la pandemia del COVID. Y cierto que hay algunas ventajas en esto, entre las que cabe destacar:

– Se ahorra el tiempo y el gasto en traslados

– No tienes que vestirte de un modo particular

– Dispones de un horario flexible

– No tienes que aguantar a compañeros latosos.

Sin embargo, el asunto también tiene sus bemoles; y a mi parecer estos superan las supuestas ventajas. Lo de no salir de casa, por ejemplo, que algunos podrían considerar un beneficio, se vuelve a la larga un tedio, por no decir un problema, debido al sedentarismo al que induce.

A lo anterior tenemos que sumar lo que considero el mayor desafío para las futuras generaciones que quieran sumarse a estas modalidades de trabajo. Me refiero al asunto de lo que se llama en el ámbito laboral los beneficios socio-económicos, los cuales prácticamente no existen en la modalidad de trabajo freelance, o por lo menos no los he visto (y nadie que yo haya conocido).

Dicho de un modo claro, un trabajador freelance no tiene nada más que el sueldo que le pagan por horas o por palabras, como en mi caso, de acuerdo con el contrato que tuvo que firmar (renunciando de un modo implícito a los otros derechos, que deberían ser irrenunciables). Por lo tanto:

– No recibe ninguna bonificación, comisiones o pago adicional (a mí una vez me ofrecieron, y todavía estoy esperando);

– No tiene vacaciones: solo cobras lo que trabajas y cuando trabajas; y si quieres tomar un descanso, es posible que al regresar descubras que no eras tan necesario;

– Lo peor es que a cuenta de que estás en casa y tienes que cumplir con los objetivos, por lo común terminas trabajando hasta altas horas de la noche, un domingo incluso;

– Tampoco hay seguro de hospitalización, ni hay primas por antigüedad, bonos por hijos, ayudas estudiantiles para útiles escolares…

– Ni siquiera puedes ser elegido como empleado del mes…

Entonces, todos los beneficios alcanzados para los trabajadores y por los cuales tanto se luchó a principios del siglo XX, han quedado abolidos con la llegada de las nuevas tecnologías y el teletrabajo. Y hay quienes piensan que esto es un avance. Paso.

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Victorino Muñoz
valenciano, autor de “Olímpicos e integrados”, ganador del Concurso de Narrativa Salvador Garmendia del año 2012 y “Página Roja”, publicado en la colección Orlando Araujo en el año 2017.
rvictorino27@hotmail.com
Twitter:@soyvictorinox
Foto Geczain Tovar

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