Gente que Cuenta

Estafados.com C.A. I, por Victorino Muñoz

Paritosh Sen Atril press celular
Paritosh Sen, 1918-2008
Conversación, s/f

Ya van varias veces que me llegan los benditos correos electrónicos y mensajes por el celular, para tratar de agarrarme desprevenido y quitarme un dinero, que de paso ni tengo. Les voy contando y vamos reflexionando cómo es la cosa.

Me escribe una persona, que no sé si es hombre o mujer, pero trata de hacerme creer que es mujer:

– Hola, es Carolina.

Yo siempre pregunto por el apellido, porque alguien como yo, que ha dado clases en tantos lugares, debe conocer mínimo unas 300 Carolinas, del norte y del sur y de todos los puntos cardinales.

– ¿Carolina qué?

– Carolina, tu prima.

Sí, yo tengo una prima Carolina. Seguramente ustedes que me leen también. Yo, fingiendo ingenuidad, le digo:

– Hola, no tenía tu número. Ya lo anoto. ¿Cómo estás?

Aquí de inmediato uno se da cuenta de que la persona va con otra intención, porque sin mediar más palabras empieza a decir que tiene un grave problema y que le da pena conmigo, pero necesita algo de dinero.

Esta vez sí me hago el loco. Como sé que mi prima Carolina está fuera (no les digo dónde, por si acaso), le pregunto otra cosa, para asegurarme:

– ¿Cuándo regresaste?

– Ya tengo diez días aquí donde mi mamá.

– Qué extraño.

Y ahí terminé la conversación y bloqueé a la persona. La razón: la mamá de mi prima murió hace 25 años. Difícil que esté en la casa de su mamá, a menos que me haya escrito dese el otro mundo. Pero a Dios gracias mi prima Carolina está muy bien. Ya me comuniqué.

En otra ocasión, cuando me sucedió algo similar, con una amiga escritora (me di cuenta de que no era ella, porque la persona escribía con pésima ortografía), usé la misma táctica:

– ¿Cómo está Joyce? – le preguntaba por su escritor favorito: James Joyce.

– Bien, te manda saludos.

Qué orgullo, pensé yo, si fuera verdad que el autor de Dublineses me envía saludos. Pero, como sabía que no era tal, bloqueé al usuario.

Así que, primera lección: asegúrese, por todos los medios, de que está hablando con la persona con la que usted cree que está hablando. Use cualquier excusa; por ejemplo: envíame una nota de voz, que estoy ocupado ahorita y voy manejando.

Nadie se va a molestar si usted hace eso. Y si se molesta, no importa, a la larga se contenta. Es más, yo prefiero que mi prima Carolina se moleste conmigo a perder los pocos centavos que tengo.

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Victorino Muñoz
valenciano, autor de Olímpicos e integrados, ganador del Concurso de Narrativa Salvador Garmendia del año 2012 y Página Roja, publicado en la colección Orlando Araujo en el año 2017.
rvictorino27@hotmail.com
Twitter:@soyvictorinox
Foto Geczain Tovar

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