
Día de graduación, s/f
Hay tiempo para todo. Navidad, Año Nuevo, Vacaciones. Meses en los que la gente se casa, escogidos especialmente para que no llueva en el sitio donde se celebra el matrimonio. Y esa previsión se extiende a las ceremonias de graduación. Desde las de kínder a las de la universidad. Se hacen con sol y buen tiempo. Van acompañadas de un “regalo” especial, que generalmente es una fiesta o un viaje escogido entre los alumnos a un lugar donde llegan en autobús, con un profesor o varios, a disfrutar.
Tratando de superar la alergia que me da todo lo que sea en grupo, porque generalmente me gusta detenerme ante estatuas que a nadie más le gustan, me pongo a ver espadas, sombreros o encajes que fastidian a la mayoría y todos dicen “ooohhh” y “ahhh” al mismo tiempo, es mejor hablar de un preliminar muy importante en el que casi nadie se detiene cuando habla de lo maravilloso que es graduarse.
Y es de los sudores, alergias y traumas psicológicos previos, cuando alguien sabe que por más que haga no se graduará ese año, cuando advierte que el promedio no le da la nota que quiere para entrar en la universidad o colegio ansiado. O cuando está a punto de una de las dos cosas.
La verdad es que son problemas que se acompañan difícilmente, sobre todo porque viéndolo desde el punto de vista de los padres, los muchachos con problemas, a estas alturas no quieren compañía, menos crítica, o la quieren solo cuando les interesa. Los que son buenos alumnos, generalmente lo han hecho bien todo el año, son personas que ya tienen una disciplina con la que pudieron aprobar todo el tiempo de educación de la adolescencia sin mayores traumas y a compás con sus familias.
Así que no hay nada que arreglar a última hora. Si nos toca la dicha de tener a alguien querido graduándose en estos días, lo mejor es acompañarlo, porque el centro de la atención no somos nosotros. Hay que sonreír y ser felices, ayudar y aparecer en la foto. Eso es lo que están esperando hoy. A eso voy, esta tarde.

es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com