
Fuente: Wikimedia
Yo la semana pasada les decía que lamentaba mucho que quien se muere no tenga chance de avisar que llegó bien, a donde quiera que haya llegado, porque así nos quedaríamos todos más tranquilos.
Pero no es mi único desvarío con respecto a la muerte. Fíjense bien: con lo que cuesta aprender en esta vida, con la gran cantidad de conocimiento que logran almacenar en su cerebro tantas personas y resulta que cuando se mueren los herederos se agarran a pelear es por los cobres.
Desde el más humilde campesino a quien la letra le entró con sangre, hasta Leonardo, eso pasando por la repostería de una abuela, el dominio total del francés de una amiga, la manera de tocar la guitarra de no sé quién y por ahí les dejo la lista para que la sigan, todo ese esfuerzo por aprender se me ocurre que se podría quedar para que alguien más lo aprovechara.
Claro, hay maestros que le pasan su legado a su alumnos, pero yo más bien pensaba en que, así como cuando se muere alguien puedes amanecer millonario, también podríamos amanecer con alguna sabiduría adicional, y, al igual que la fortuna, heredarla así no más.
La lista de familias que se ha peleado por dinero le da varias vueltas no digo yo a la manzana. Al globo terráqueo.
Un poco más reducida, pero de gran alcance, ha sido la de gente que ha entrado en serios conflictos por una corona, intrigas de palacio, guerras, muerte y cosas así.
Son discordias ocasionadas si quien se muere no deja claro el camino y destino de su poder o su fortuna, y ahí el asunto suele complicarse.
Pero esta otra herencia que nadie disputa, porque después de todo no existe, es la que yo echo de menos, y la echo de menos por haberla disfrutado durante la vida de quienes hoy no están conmigo. Gente a la que tanto quise y que, así como la llamada desde el otro lado para avisar que llegó a destino con toda felicidad, a mí me gustaría mucho recibir.
Puede que digan que no, pero en el fondo estoy segura de que también les gustaría…

Fue Directora Ejecutiva de la Fundación Andrés Mata de El Universal de Caracas, y Gerente del Centro de Documentación de TV Cultura de São Paulo. Es autora de varios libros y crónicas.
delgado.luli@gmail.com