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La Kardashian bajo la sombra de Marilyn, por Mayte Navarro

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Kardashian usó el vestido sólo en la alfombra roja. Después lo cambió por una réplica exacta.Tuvo que admitir que siguió una dieta estricta para poder usar el vestido original de la legendaria Monroe.

Llegó la Met Gala 2022, una fiesta donde los invitados no le temen a las excentricidades, sin embargo Marilyn Monroe hizo que Kim Kardashian anulara a los demás. Nadie sabe si la idea de lucir un traje que se encontraba encerrado en un cofre oscuro y a temperatura controlada, saliera a la luz fue idea de ella. Lo cierto es que lo volvimos a ver, no en un perchero, sino descubriendo las curvas de un cuerpo trabajado por cirujanos plásticos.

No se sabe cuál fue el argumento que utilizó la influencer norteamericana para convencer a la gente de Ripley’s Believe It Or Not Museum, dueños de la prenda, para que se la cedieran en préstamo, tampoco sabemos si pagó alguna cantidad de dinero. Lo cierto es que después de probárselo, el vestido llegó a sus manos.

Pero esta aventura de la mayor de las Kardashian contó con todo lo que se necesita para encantar al público. Hubo sacrificio, promesas y espectáculo. 

Al resultado, si bien su paso por las famosas escaleras del MET no careció de fotógrafos, sí le faltó esa carga sexy que le imprimió Marilyn, la única dueña del vestido creado por el diseñador Jean-Louis para una noche muy especial, la gala de los demócratas en el Madison Square Garden el 19 de mayo de 1962 y que quedó escrita en los anales de la mitología contemporánea, pues la protagonista de Los caballeros las prefieren rubias al salir al escenario se paró frente al micrófono y con una voz de niña inocente y con un vestido que cortó la respiración de todos los presentes, cantó Happy Birthday Mr. President.

Kim Kardashian logró su cometido: que todos hablaran de ella, que fuese la más fotografiada y que sumase nuevos seguidores a sus redes, todo gracias a ese naked dress que dejó en segundo plano a otras celebridades.

Para enfundarse el legendario traje, la mediática Kim tuvo que poner en riesgo su propia vida, pues en menos de un mes tenía que perder 7 kilos. Se sometió a una dieta sin azúcar ni carbohidratos y quemó calorías hasta el agobio sobre una caminadora. Sin embargo hay quien afirma que el cierre no pudo subir completo y por ello, la actriz tuvo que hacer malabarismos para que el abrigo blanco con el que acompañó el traje no se moviera de su lugar y conservara el secreto. Y es que otra de las condiciones del préstamo impedía cualquier tipo de remodelación.

Cuando se realizó el boceto del vestido, hace sesenta años, nadie sabía que era para Marilyn, y en esa ocasión formaba parte de una estrategia pues el revelador traje contradecía las órdenes de Fox, que impedía a la actriz usar ropa tan sexy, sin embargo ese atuendo formaba parte de la moda del momento.

Originalmente el vestido que ha vuelto a recobrar su protagonismo costó 1.440 dólares, luego se subastó por más de un millón y posteriormente alcanzó la suma de 4.8 millones.

Actualmente está en manos de Ripley’s Believe It Or Not Museum. Convencer a Ripley significó también que la modelo abandonara su acostumbrado maquillaje corporal para no mancharlo. Igualmente, cualquier cosmético que utilizara debía garantizar no dejar huella en la delicada tela bordada por unos 2.500 cristales.

La sensación de ser Marilyn le duró pocos minutos a Kim Kardashian, pues  sólo pudo usar el traje para pasear por las famosas escaleras y luego se enfundó en una réplica que la acompañó el resto de la noche.

Algo hay que reconocer de Kim Kardashian, que si bien no tiene el glamour ni la carga sexy de Marilyn para seducir en su momento a uno de los hombres más poderosos del mundo, sí conservó su esencia mediática, que no requiere de condiciones personales particulares sino de la capacidad de utilizar cualquier elemento para llamar la atención.

Pero todavía hay más. El museo le envió de regalo una cajita que contiene algunas hebras de la cabellera de Marilyn Monroe, que ya Kim ha prometido que será su fetiche y dormirá con este obsequio. Lo cierto es que el vestido debe haber subido de precio. ¡Aunque usted no lo crea!

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Mayte Navarro.
Comunicadora Social egresada de la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas. Ha ejercido el periodismo en galerías de arte, en el diario El Universal, mantiene el espacio Madame Glamour en el programa radial Las entrevistas de Carolina. Escribe de moda, arte y estilo de vida.
mayte.navarros@gmail.com

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