Para la década de los ’80 el cine había soltado sus amarras, dejado atrás buena parte de las limitaciones y censuras de su Historia, y se había abierto a nuevas búsquedas. Maduro y dueño de sí, como le sucede a muchos adultos, el séptimo arte parecería ya no tener inconvenientes para embarcarse en los más diversos géneros.
Los principales estudios de Hollywood, ahora propiedad de corporaciones internacionales, comenzaron a explotar el género de las secuelas: La Guerra de las Galaxias, Indiana Jones, El Padrino III ya a comienzos de los ’90, y claro, las películas de terror, tan atractivas al público adicto a los escalofríos, como “La hora de la pesadilla” A nihgtmere on Elm Street, en su título original.
Además de ello, el futuro fue tema de muchas de las producciones de esta década.
Mezclando presente con ficción, ET de Steven Spielberg (1982), y Blade Runner, del mismo año y dirigida por Ridley Scott, llegaron para marcar pauta, y consagrarse como dos de las mejores producciones de ficción de todos los tiempos.
Por otro lado, ya el VCR y la TV por cable comenzaban a ser presencia imprescindible en los hogares, lo que obviamente creó el mercado de los video clubs, y la instalación de grandes antenas. Sin darnos cuenta, el streaming comenzaba su gestación.
Fue por aquellos días que llegaron a la tela Los Cazafantasmas, (1984,) de Ivan Reitman y Regreso al futuro (1985), dirigida por Robert Zemeckis, ambas muy divertidas, pero nada para lanzar cohetes, comparado con las dos anteriores. Y como ellas, decenas de films que, tras sus minutos de fama, desaparecieron sin pena ni gloria, los cuales probablemente nacieron con el video como destino final.
Mientras escribo, debo reconocer que, ni historiadora ni crítica de cine, muchos de mis énfasis tienen como origen mi gusto personal. No sé si es un poco tarde para la aclaratoria, pero por lo menos que no quede que no la hice. Hecha la aclaratoria, y separando un poco el trigo del malojo, logré compilar una lista con las diez películas más recordadas, pero de nuevo, con mi dedo apoyado en la balanza. Fíjense en que, a diferencia de otros momentos de la Historia del cine, no parecería haber un único hilo conductor temático en estas producciones.
Raging Bull, de 1980, dirigida por Martin Scorsese
The Shinning, de 1980, dirigida por Stanley Kubrick
The Boat, de 1981, dirigida por Klaus Petersen
Gandhi, de 1982, dirigida por Richard Attenborough
Amadeus, de 1984, dirigida por Milos Forman
Terminator, de 1984, dirigida por James Cameron
Platoon, de 1986, dirigida por Oliver Stone
Cinema Paradiso, de 1988, dirigida por Giuseppe Tornatore
Relaciones peligrosas, de 1988 dirigida por Stephen Frears
La Sociedad de los Poetas Muertos, de 1989, dirigida por Peter Weir