A la viejita Cándida no se le conoció marido. La gente más vieja del barrio dice que cuando la señora Carmen Josefina, la mamá de Cándida, se murió ella tuvo una vida más tranquila porque Cándida cuando estaba joven se desvivía por esa señora. De eso ha pasado un bojote de años. Ahora la señora Cándida está viejita. La gente dice que ha durado bastante porque come poquito. Nadie la ha visto tomando caña y no come pan.
Dicen que guarda un secreto y que fue mujer de un cura cuando estaba muy joven. Nadie puede asegurarlo. La gente también dice que nadie le ha escuchado una carcajada y aunque nadie es tan viejo como ella en la calle Petion algunos viejos recuerdan que incluso escucharon eso de sus mayores. Esa mujer no se ríe duro.
Se murió Cándida, dicen. Supuestamente unos sobrinos llegaron de Maturín. Cuando sacan las cosas de su casa sacan unas cajas de cerveza vacías y un montón de botellas, una Biblia en inglés y vestidos viejos. Ya nadie verá hasta Cándida en la calle Petion.