La semana pasada vimos cómo funciona un equipo de producción durante el rodaje. De esta vez, como en un programa de concurso, giremos una rueda del tiempo y veamos en qué época se detiene: En el apogeo del imperio romano, Chicago en la época de la prohibición, la primera guerra, un viaje intergaláctico, la Tierra en el 3050, cualquier momento pasado, presente o futuro… cualquiera….
No hay límites. ¡El cine es capaz de reconstruirlo, o en el caso del futuro, de inventárselo! Vestuario, escenarios, modos de vivir, de hablar, de comer, objetos, costumbres, maneras de ser de cualquier situación.
Ahora bien ¿Quiénes son los responsables?
Pues el equipo de la dirección de arte, grupo más o menos extenso y especializado según el tamaño de la producción, magos de tiempo estrechamente vinculados a la dirección de fotografía, iluminación y por último al propio director del film.
Su trabajo es reproducir un ambiente hasta en su más mínimo detalle.
Partiendo de investigaciones de época, escogen los elementos de la utilería, objetos, así como el vestuario rigorosamente elaborado. De acuerdo con la trama del guion, definen y seleccionan los espacios del rodaje. Esto también vale para cuando se retrata el presente, porque es necesario que la vida que conocemos se parezca lo más posible a la vida que vamos a ver.
Los ejemplos del trabajo de la dirección de arte son fascinantes e infinitos. Veamos algunos:
Tomemos el caso de Barry Lyndon, (1975), dirigido Stanley Kubrick (1928 –1999), uno de los mayores magos del tiempo que ha pasado por la historia del cine.
Kubrick filmó esta película exclusivamente con las luces disponibles a comienzos del S. XVIII, vale decir, luz natural y luz de velas.
Fue así como los encargados de la dirección de arte, vestuario, peluquería y maquillaje tuvieron que estudiar a fondo este período no sólo para recrearlo tal cual como había sido, sino de esta vez sin el auxilio de la iluminación de nuestros días.
Por su parte Titanic, (1997), escrita, producida y dirigida por James Cameron, además del sinfín de maquetas realizadas para las escenas del hundimiento, cabe destacar que el comedor, incluyendo su vajilla y demás elementos de mesa, así como otros espacios del barco fueron réplicas idénticas.
Fue na producción impresionante que rindió la descomunal taquilla de U.S.$ 2.202 billones
La fantasía no se queda atrás. Alicia en el país de las maravillas, (2010) de Tim Burton, fue un total despliegue de oníricos escenarios, vestuarios y maquillaje. El sombrerero loco, interpretado por Johnny Depp, ocupará para siempre un lugar especial en nuestra memoria y en la de la industria cinematográfica, eso por no hablar de los maravillosos decorados.
Sin en vez de irnos al pasado nos vamos al futuro, podemos viajar, por ejemplo, a la ciudad de Los Angeles de Blade Runner (1982), dirigida por Ridley Scott, que, adelantándose 37 años, ubica su historia en el 2019.
Aquí cabe destacar que, salvo los carros voladores y la existencia de los mutantes, la verdad le llegó bien cerca a lo que habría de ser.
Vayamos ahora a reproducción del estilo de vida en el sur de los Estados Unidos durante los años 60 para The Help, (2011) dirigida por Tate Taylor y con la dirección de arte de Curt Beech. El año anterior, Beech fue responsable de la dirección de arte de The Network, del cual revisamos un diálogo la semana pasada.
Si nos metemos con el presente, nos encontramos que la dirección de arte no es menos importante, inclusive porque el espectador está perfectamente familiarizado con el ambiente y por eso puede ser más exigente.
Buscando un ejemplo reciente, apostamos por una serie de las nuevas plataformas, que, dicho sea de paso, nos han cambiado nuestros hábitos de cine. Esto ya se veía venir, dada la variedad y calidad de su oferta, pero después con el confinamiento de la pandemia, la tendencia quedó parecería que quedó consagrada.
Tomemos por ejemplo la serie de The Maid, ambientada en un Estados Unidos de gente pobre, luchadora, cuya realidad es muy diferente a la que estamos acostumbrados a ver en las producciones americanas.
Aquí los objetos de limpieza, peluquería, maquillaje, deben ser absolutamente idénticos a las fotos de las personas en cuya vida fue basado el guion. No es tarea fácil.
Pasado, presente o futuro, nada, absolutamente nada de lo que la cámara capta está allí por mera casualidad. ¡Fue obra de los geniales magos del tiempo!
Fue Directora Ejecutiva de la Fundación Andrés Mata de El Universal de Caracas, y Gerente del Centro de Documentación de TV Cultura de São Paulo. Es autora de varios libros y crónicas.
delgado.luli@gmail.com
