Gente que Cuenta

Mala hierba, por Lucy Gómez

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Camille Pisarro,
Desmalezadores,1882
“…no todas las malas hierbas son iguales. La industria farmacéutica ha descubierto la potencialidad medicinal de muchas…”

Las hierbas malas no son lo que eran. Esas palabras definían a yerbajos, la parte fea de los jardines, el ogro de los huertos, vegetales al borde de los caminos dejados de la mano de Dios, de vez en cuando medio adornados con alguna flor amarilla, chiquita y sin gracia, a veces formando matojos impenetrables.

Por eso había que matarlas a como diera lugar. Aún hoy son el monstruo de las grandes empresas productoras de hortalizas o de las químicas que se dedican a proveerlas. Tienen divisiones que solo producen herbicidas. Sustancias tan venenosas que no solamente se usan por toneladas en la guerra contra las plantas sino también se han lanzado contra las personas. El agente naranja fue una de esas, usado para localizar a los vietnamitas escondidos en la selva.

Pero no todas las malas hierbas son iguales. Para empezar, la industria farmacéutica ha descubierto la potencialidad medicinal de muchas. El Diente de León, que solo nos divertía cuando de pequeños soplábamos la flor para que salieran disparadas en el aire las semillitas, decenas de hilitos blancos, ha salido del Índex .

La Agencia Europea del Medicamento lo recomienda para la mala digestión, las flatulencias y los problemas de hígado. Resulta que posee una larga lista de sustancias medicinales encabezadas por la vitamina B12, la C y potasio. Si ven uno o lo cultivan, ojo, prepárenlo cuando antes de florecer.

Otras hierbas malas, que crecen sin que nadie las llame en las macetas, sólo con cortarlas en trozos y repartirlas por toda la superficie de siembra alimentan a las demás plantas, porque tienen la gracia única de fijar el nitrógeno del aire, por asociación con unas bacterias con las que lo intercambian por azúcares. Se llama abono verde. Las plantas que hacen ese trabajo son de la familia de las leguminosas, como las judías o vainitas.

Un huerto no necesita que le compren fertilizantes si tiene una buena dosis de nitrógeno en el suelo, gracias a esas hierbas. Así que la próxima vez que las veas cambia el enfoque. En vez de arrancarlas de una vez, piensa si las puedes aprovechar, que a lo mejor tienes fertilizante gratis por los próximos tres meses …o pueden curarte de algo.

Lucy Gómez e1647642232444
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com

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