Gente que Cuenta

Desayuno, por Luisa Venturini

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Edouard Vuillard,
Mujer con taza de café, 1895

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Son las siete de la mañana y el café me sabe como agua en oasis. Con cada trago me voy construyendo las expectativas para el día, todavía aturdida para consentirme los atropellos de los pensamientos apurados que aflictivamente humean desde mi agenda. Ni siquiera le he echado el ojo ni pienso hacerlo antes de ducharme y desayunar.

Como siempre, me paseo por la casa, taza en la mano, como si todas las mañanas necesitara de este ritual de reconocimiento de territorio. Miro por la ventana y veo las primeras hojas color sepia en los árboles enfrente. Un mirlo me da los buenos días y yo le contesto con una sonrisa. Sin qué ni por qué se me ocurre que tengo que pasar por el cajero para sacar dinero y echar gasolina al coche antes de ir a la oficina.  A ver si a la hora de comer me da tiempo a pasarme por el supermercado. Me doy cuenta que hay que lavar las ventanas. La llovizna las dejó muy descuidadas. Voy a dejarle una nota para que Manuela las limpie y para que vaya a la lavandería a recoger mi falda azul. Ah… ¡eso es! Hoy tengo una cita con Mariana. ¿Qué debo llevar? Hummm… quizás el vestido que compré en Zara. Por suerte, Armando también estará presente. Ahora, con Cristina de baja, no sé si Patrícia podrá hacer frente, porque Rita está todavía muy verde… pero, a decir verdad, todavía es tan joven… ¡Se las arreglará! Es una buena chica, pero me confunde verla triste cada día cuando llega la hora de irse a su casa. Algo está pasando, sólo que aún no he descubierto qué.

Ahí está el mirlo otra vez. Son las 7:10. Todavía tengo tiempo para otro café y para echar un vistazo a las noticias. ¡Tampoco sé por qué me empeño en ver las noticias a primera hora de la mañana! ¡Ya no puedo escucharlas! Cuando tenga dinero, tengo que darle un arreglo a la cocina. No es urgente. Lo que es urgente es este segundo, maravilloso y magnífico café. Nada mejor para darme ánimos para el día. ¡Ahí lo tienes! Preparémonos para la batalla. ¿Teléfono a esta hora?

– ¿Hola?

– ¿Señorita Ruth?

– Sí, soy yo. ¿Quién es?

– Señorita. Ruth, lo siento, pero no tengo a nadie más para ayudarme. Es Rita. Me escapé de casa. Mi marido casi me mató anoche. ¿Puede llevarme al hospital?

Luisa Venturini e1658451960357

Luísa Venturini es una escritora portuguesa. Como traductora de decenas de obras, bajo el seudónimo de Margarida Santiago destacan Cien años de soledad y El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez. Entre sus obras publicadas destacan las novelas A Gaiola dos Periquitos, O Grupo de Colares y Das Horas y las crónicas O Persa e outros contos y Folhas de Chá. En la radio, tiene un espacio quincenal desde hace seis años.  luisa.venturini@gmail.com

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