Llevaba su ropa de diario cuando lo vi por última vez, cuando su cuerpo bajaba por el ascensor para ser incinerado.
Camisa y pantalón sencillos. Generalmente tergal. Cosa muy popular…. No recuerdo haber visto a mi padre comprar un traje.
Recuerdo cuando le regalamos calcetines… pañuelos. Mi madre, conmigo de repartidor, siempre le regalaba calcetines o pañuelos.
Debía también comprar camisas y pantalones.
Mi padre tenía su vanidad. Con orgullo me dijo que cuando era joven se hizo las uñas en la barbería. Cada mes. Al principio, hice el habitual comentario sexista… no se inmutó. Era la moda.
Siempre vestía traje y corbata. Tengo una foto de él con mi madre. En 1957 y 1958. Tomada por un fotógrafo anónimo, en Viaduto do Chá, en São Paulo. Ella, molesta por el fotógrafo oportunista y él, con una sonrisa abierta.
Vano.
Nunca usaba jeans. Hasta el día de hoy no sé si era que no le gustaban o no le importaba.
Trabajaba en la calle. Al principio, como vendedor de rótulos para tiendas. Estaba orgulloso de decir que había vendido el rótulo de la tienda Mappin, en el centro de São Paulo. Sinceramente, no sé si es verdad… pero me gusta pensar que así hubiera sido.
Luego se hizo chofer, se fue a trabajar con algunos de sus tíos y…otra familia. Contarlo serían muchos párrafos de contrariedades…
Durante mis vacaciones, iba con él al trabajo. El día entero rodando en el carro. Una camioneta Ford F-100, años 60. Inolvidable.
Y con eso en mente, recuerdo su última imagen, vestido con su camisa pantalón, cuerpo bajando por el ascensor, para ser incinerado.
Siento que murió con tristeza, él, que siempre estaba alegre.
Pero una de las últimas imágenes que tengo de él es una nube de tristeza en su rostro.
Se merecía más.
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