Aunque es verdad que Villa de Cura duerme temprano, siempre quedan los tucusitos, en la noche, dando vueltas. Les gusta, también, chupar la flor de noche, ni locos que fueran para no hacerlo. Pero por ahora no nos interesa la historia de los tucusitos sino la historia de Nando Rengifo.
El pobre Nando Rengifo no pega una con Aurelita, la hija de Macaria Camacho. Todo el mundo dice que Aurelita está enamorada de él, pero como esa muchacha es rara pues no parece. Así han pasado los años y la gente comenta: ” Nando le regaló unos mangos a Aurelita, ahora sí!!!” Pero nada. “Nando se va a comprar una moto para sacar a pasear a Aurelita, esa boda no pasa de diciembre. Lo más seguro es que sea el nueve de diciembre, el día de San Cipriano” pero tampoco.
Un buen día Aurelita ya estaba viejita. Nando no tanto, era muy alegre y eso lo conservó. Y ya se le habían quitado las ganas de casarse con Aurelita. Los tucusitos seguían dándose su vueltica, de noche, por Villa de Cura.