Pero tiempo después comenzaron los horribles asesinatos de mujeres en las calles de Londres, y parece que desde el primer momento las pruebas contra “S” eran abrumadoras. Una de ellas consiste en la perfecta descripción que dio a Scotland Yard una prostituta llamada Martha Moore, la cual paralizada de terror se encontró frente a frente con el destripador, segundos después que éste asesinara a una caminadora llamada Jane Kelly.

La mujer describió en minucioso detalle al asesino, cuyas características eran exactamente las mismas de “S”. Para Sir Charles Warren, Jefe de Scotland Yard, la descripción no hizo más que confirmar lo que ya él sabía.

Se dice que cuando este alto funcionario llegó al sitio de la horrible carnicería, lo primero que vio fue un mensaje escrito con tiza en la pared junto al cadáver de la mujer.
Allí el asesino se identificaba plenamente con nombre y apellidos, al tiempo que desafiaba a las autoridades para que lo detuvieran: Sir Charles al ver esto, palideció y mandó a borrar lo escrito inmediatamente. Se sabe además que en forma muy discreta y en el mayor secreto, “S” o Jack, fue recluido en un sanatorio privado. Mientras estuvo allí su comportamiento fue ejemplar y se da la coincidencia que los horribles crímenes en las calles de Londres no se repitieron.