A los pocos meses “S” escapó del sanatorio y casi inmediatamente comenzaron de nuevo los asesinatos de prostitutas. Las autoridades actuaron con prontitud y “S” fue una vez más recluido por sus poderosos familiares, enviándosele un poco más tarde en gira de 5 meses alrededor del mundo. Durante ese lapso “S” se comportó con bastante corrección y no incurrió en delito alguno. Sin embargo, a poco de regresar a Inglaterra, comenzaron de nuevo los crímenes. Esta vez no había manera de parar los asesinatos y las autoridades de Scotland Yard se encontraban en un verdadero dilema. Providencialmente, la casualidad vino en ayuda de la justicia que estaba prácticamente impotente.
