Gente que Cuenta

Papas y patatas, por Lucy Gómez

Amédée Masclef Atril press
Amédée Masclef, (1858-1916)
Solanum tuberosum,

La única región hispano parlante donde se les dice patatas es España y hay 580 millones de personas que hablan español, de modo que las llama así una franca minoría. Puesta a averiguar por qué se llaman diferente, resulta que son viejas historias, antiguas como la conquista de América: la del descubrimiento de la batata en Haití, después la de la papa en Perú, cincuenta años después del viaje de Colón, mezcladas con la fascinante evolución de nuestra lengua.
Son de tierra templada- fría, entre 15 y 20 C. Se los digo de una vez para que no les pase lo que a mí, que intenté varias veces cultivarlas en un clima caraqueño- tropical y se pudrieron. La parte que se come, la raíz, es un tubérculo, una estructura vegetal que almacena nutrientes, almidones en su mayoría. Eso le permite reproducirse con ellos y por semillas también.
Tiene unas flores muy bonitas que llamaron la atención cuando llegó a Europa donde la encontraban muy insípida. Por eso, se cultivó mucho más al principio como ornamental. La batata, dulce, había llegado antes y gustaba como insumo pastelero.
Durante las hambrunas europeas y las guerras fue cuando se apreció su sabor, que podía variarse con la cocina y su cultivo, que, al ser subterráneo, permitía conservarlas aun cuando les pasase por encima un ejército.
Se cultiva con un método especial, el aporcado. Deja una papa un tiempo al sol, o sácala de la nevera y verás que algunos puntos de la piel se vuelven verdes, brotan y se convierten en yemas. Tal vez la consigas brotada. Si la divides en pedazos de más de dos centímetros, cada uno con una yema, puedes conseguir igual número de plantas.
Los entierras y riegas, al sol. Verás que brotan rápidamente. Cuando tengan unos quince centímetros de alto los entierras de nuevo, dejando fuera sólo unos cinco centímetros de tallo y algunas hojas. Por debajo se irán formando nuevas raíces con peloticas. Con el tiempo, a medida que sigas enterrando periódicamente el tallo, esas peloticas crecerán más y más.
¿Cuándo sacarlas? Cuando florece. Después, se deja de regar unos 15 días, la planta se seca y se saca completa.
Ahora hay unas bolsas de crecimiento que te ayudan a cosechar las papas que quieras sin acabar con el cultivo. Son de plástico, con un cierre que abre a lo largo por debajo. Cuando quieras papas, bajas el cierre. Si ya crecieron, te llevas las que quieras y sigues con tu planta.

Lucy Gómez e1647642232444
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com

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