Gente que Cuenta

Para sembrar en invierno,
por Lucy Gómez

Tulips Atril press
Tulipanes cubiertos de nieve. Kangasala, Finlandia.
Fuente: Wikimedia commons

Una de las experiencias más sorprendentes y agradables que tuve al irme de un país tropical como Venezuela y llegar a Europa, fue el contacto con las plantas que, bajo un frío bravo, lucían tan fuertes y preciosas como las que se ven en época de calor. Entonces entendí el encanto de la vida que lucha a través de las experiencias más extremas, transformándose al igual que las orugas en mariposas.

El frío, que puede ser causado por las latitudes elevadas o/y por la altura del sitio, limita el crecimiento vegetal. Cada cien metros la temperatura sube un grado y en los países de latitudes altas, más cercanos a los polos, se recibe menos calor solar. Pero las plantas han demostrado su capacidad de supervivencia y adaptación. Se encuentran árboles hasta los 2400 metros. Hay otros vegetales que no tienen tallos ni flores sino en el verano. Esperan bajo tierra convertidas en otra cosa, en semillas o en bulbos, como el tulipán y la cebolla, que utilizan órganos de reserva que consumen el mínimo de energía y les permiten sobrevivir en tiempos duros.

Hay también los que usan raíces para sobrevivir, como la zanahoria y la remolacha, porque allí acumulan sus azúcares. Otras tienen tallos con la misma función, como los rizomas del jengibre.

La reproducción se vuelve más asexual que sexual, por eso los bulbos no esperan por la visita de abejas, pajaritos ni mariposas. Al crecer pueden desarrollarse como tallos, ramas o flores.

Otra manera de sobrevivir a las heladas es no perder hojas. Hierbas y árboles se convirtieron en perennes para ganar energía, al  no dilapidarla emitiendo hojas nuevas.

A quienes nos gusta cultivar comida, es bueno saber que no hay que detenerse porque venga el frío intenso. Hay hortalizas resistentes como la lechuga Baby, que se recoge en mes y medio. Además, es bonita y distinta, con diferentes colores y sabores. O la zanahoria, que puedes sembrar en macetas o en terrenos, al lado de plantas de ajo para que no tengas problemas con los bichos. Moja las semillas antes de plantarlas, que germinan en dos semanas y se cosechan en tres o cuatro meses, soportando heladas ligeras. Si cae mucha nieve, mete la maceta dentro de la casa.

La otra es sembrar cebollas, para que maduren al sol del verano. Dales un suelo bien rico, con bastante compost o humus de lombriz. Los ajos se siembran en diciembre y enero.  Lo que no soportan son las temperaturas de más de 16°C, porque limitan su producción de hojas. O decídete por el cebollín, que tanto se reproduce por semillas como por su extremo con raíz, al que se le cortan las hojas y se planta al sol. A la remolacha la puedes sembrar cada tres semanas para que tengas siempre. Sólo hay que cuidar que la temperatura no suba de 27°C. Y, otra recomendación:  revisa catálogos de semillas, busca en Internet o en los viveros por el nombre de prácticamente cualquier planta que te guste. Hay una variedad inmensa, resistente al frío, producto del trabajo de muchos años de infinidad de productores y científicos. Seguro que te gusta más de una….

Lucy Gómez e1647642232444
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com

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