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Parejas II, por Getulio Bastardo

Divorcio Atril press
“No saben cuánto daño le hace a un niño ver y escuchar a los seres que más aman discutir entre ellos…”
Fuente: Pinterest

Algunas parejas siguen en conflicto aun después de haberse separado.
No saben cuánto daño le hace a un niño ver y escuchar a los seres que más aman discutir entre ellos. Lo primero es la angustia o miedo que eso le produce, le queda grabada para siempre, y luego la culpabilidad que sienten por creerse responsable de esa pelea.
Más daño hace un matrimonio en constante conflicto, que una separación bien llevada.

Ahora bien, continuar el conflicto post divorcio tiene algunas razones.
He aquí algunas de ellas.
Sentimientos persistentes o emociones no resueltas. Cuando el matrimonio se divorcia el que se va se lleva la culpa y el que se queda carga con la depresión o el duelo y resurgen el amor, el odio o el resentimiento.
Los desacuerdos sobre la crianza, la custodia y la manutención es otra fuente constante de conflicto. Las decisiones relacionadas con los niños tienden a ser emocionalmente cargadas y pueden llevar a confrontaciones.

La división de bienes y deudas puede ser otro foco de tensión. Las discusiones sobre quién se queda con qué, o sobre la manera de liquidar cuentas compartidas, pueden prolongar el conflicto.

La aparición de nuevas parejas puede desencadenar celos y resentimientos, especialmente si hay niños de por medio. Esto puede complicar aún más la dinámica entre la ex pareja.
La comunicación ineficaz o la falta de comunicación pueden llevar a malentendidos y a la escalada de conflictos. Sin un canal claro de diálogo, las partes pueden sentirse incomprendidas y frustradas.

Le escuché a alguien decir que el divorcio es para gente inteligente y madura. Sin embargo, si fueran inteligentes y maduros no hubieran llegado al divorcio. Una prueba de esa madurez e inteligencia es la comunicación efectiva, abierta y madura sin resentimientos.

¿Cómo se manifiesta ese conflicto?
Las parejas que siguen en conflicto suelen tener discusiones frecuentes, ya sea de manera cara a cara, o través de los hijos y actualmente hasta por las redes.
En algunos casos, uno de los miembros puede intentar manipular al otro emocionalmente, utilizando los hijos o recuerdos del pasado.
El conflicto puede llevar a que cada parte se aísle de amigos y familiares para evitar tensiones.

El conflicto constante afecta el bienestar emocional de los hijos, quienes se sienten atrapados en medio de las disputas, con las consiguientes consecuencias a largo plazo en su desarrollo. Las estrategias para manejar esos conflictos las trataremos en la próxima entrega.

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Getulio Bastardo
Médico psiquiatra clínico, profesor universitario jubilado en Venezuela y activo en Perú, casado, con seis hijos y seis nietos. Soy un viejo feliz
getuliobastardo@yahoo.com.mx

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