Gente que Cuenta

Por un badajo, por Carmen Concha-Nolte

Godfrey C. Hindley Atril press
Godfrey C. Hindley,
El toque de queda no sonará esta noche, litografía s/f

Un buen día, estuve a punto de perder mi primer trabajo por unas ondas acústicas o, simplemente, un teléfono malogrado entre mi salón de clase y un auxiliar que lejos de auxiliarme me incriminó por su defectuoso oído.

En el aula, mis alumnos estaban felices comentando un cuento. Solía, desde mis primeros años como maestra, poner las palabras en contexto o teatralizarlas. Empecé: Está en un lugar oscuro y abierto… La echamos andar para llamar… Para cuando solté estentóreamente «badajo», pasó un auxiliar cerca del aula. Al minuto, ella entreabrió la puerta y me dijo que la directora quería conversar conmigo.

Muy suelta de huesos acudí a la oficina de la directora. Sabía por dónde iba el malentendido acústico. Ella me preguntó por mis clases. Contesté que estaba fascinada con mis estudiantes, y que justo estaba explicándoles una palabra sonora. Me miró, se subió las gafas, abrió sus ojos castaños. Estaba explicando badajo, añadí. Su sangre empezó a circular. Me cogió el hombro y dijo: vaya pronto al aula, la están esperando. No mencionó el motivo de la llamada, pues no hubo llamada de atención hacia mi trabajo.

Ese día, de haber mencionado que badajo provenía de «batuaculum», de seguro, con ese final _culum y la oída de “carajo” por badajo, más de uno se hubiera llevado la peor impresión de mi persona. Bueno, nunca me desanimé de lo que estudié.

A propósito, un diccionario indica que los criados son campanas que suenan para otros y no les queda sino los golpes del badajo. Esos sonidos advirtieron a los pueblos de eclipses, martillaban el paso de criminales al patíbulo, tintineaban en la temporada del mercado en Grecia, o apresuraban la hora del baño en Roma o, simplemente, convocaron a los fieles a su destino. Y a mí, ese abrigo hueco del tolón, tolón, bien pudo representar váyase a su casa con su carta de despido.

Carmen Concha Nolte Atril press
Carmen Concha-Nolte es lingüista peruana, con estudios de maestría en Literatura. Estudió microficción en la Escuela de Escritores, Madrid. Sus textos se difunden en varias revistas. Ha sido incluida en dieciséis antologías. Ganó el Premio Péndola Dorada 2022. Vive en Washington. Charoparra16@hotmail.com
https://www.facebook.com/charito.concha

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