Hay personas a quienes le gusta discutir, yo ya no soy una de esas. Recuerdo los tiempos en que por puro deporte me ponía a rebatir punto por punto a compañeros, maridos o hijos. Me podían dar las dos de la mañana discutiendo.
Me gustaba bastante. No era un ejercicio de insultos y altanería, sino un deporte argumental. Tuve la suerte de que en casi todos los casos tenía contrincantes a la altura, que inclusive se daban el lujo de sacar en su defensa argumentos de libros, periódicos o tradiciones. Y al día siguiente o más tarde, tan amigos.
Pero, hay épocas en que las discusiones se van envenenando. La política, el dinero o el sexo las fermentan y las llevan a términos explosivos. Hay quien les tiene terror y cuando oyen una conversación animada, preguntan con miedo si están discutiendo. El asunto se potencia en las redes, donde se amplifican tanto los argumentos como los insultos. Hay quien, después de un intercambio de palabras más o menos normalito si fuese en privado, no sale más de casa, o se borra de Facebook, Tik Tok o Instagram
Pero, insisto, no hagan como yo, que cada vez discuto menos aunque que sepa que es necesario. Bien pensado, no hay que tener miedo a decir lo que se piensa o de lo que dice otro. No pasa nada si no se está de acuerdo. Por algo será. Y hasta es probable que pase algo con lo que no contábamos, que el otro tenga razón.
¿No los han convencido con puros argumentos? A mí sí. Es una experiencia iluminadora y gratificante. Es placentero y enriquecedor. Uno gana en el día a día hablando con la gente con la que se comparten intereses y pasiones, aunque no estemos siempre de acuerdo.
Las discusiones sociales y políticas son otra cosa. Defiendo la discusión como actividad diaria, familiar y grupal, sin sombra de intereses poco claros. Para las discusiones colectivas, mejor entrénese.
Yo insisto: discuta. Cuando nos callamos nos alejamos de una de las mejores características de nuestra especie: rebatir una y otra vez con razones hasta que se vea luz…Discútanme, pero no se vayan.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
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