Gente que Cuenta

Urracas parlanchinas,
por Lucy Gómez

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“Se llevan lo que brilla para atraer a las hembras o como regalo para su pareja, porque cuando establecen lazos, es para siempre…”

Esta vez, un pájaro con una cola larga elegantísima y el pecho claro, se detuvo sobre una antena, en la azotea del edificio de al lado.  Era bastante grande. Su cola al final se abrió en dos como una tijera: una urraca.

Ese pájaro tiene una fama poco recomendable. Su nombre en español es un adjetivo calificativo bastante negativo cuando se aplica a una persona. Alguien que es como una urraca, es porque es una parlanchina desagradable o colecciona cosas de una manera compulsiva. 

Más allá, en algunos países de Occidente se la identifica con la brujería y las malas noticias, porque es negra.

Aunque en Oriente es al revés, su presencia trae buenas noticias y felicidad…

Así que me anoto con los chinos.

Por lo demás mi voto siempre es a favor de animales y plantas.

Así que sí, las urracas “roban” en nuestros términos, pero lo que hacen es llevarse objetos brillantes, porque forman parte de su ritual de cortejo.

Se llevan lo que brilla para atraer a las hembras o como regalo para su pareja, porque cuando establecen lazos, es para siempre. No se trata solo de joyas o monedas. Se conoce de una urraca macho que robaba trozos de papel de aluminio para encontrar novia, según los científicos que la estudiaban.

Yo vi a la mía, porque les gusta estar cerca de nuestras casas. No solo comen frutas y se roban los huevos de otras aves para dar de comer a sus crías (otro hecho que cimienta su mala fama), sino que aprovechan mucha de la comida que tiramos.

Son de las aves más inteligentes del mundo, al mismo nivel que los delfines y los chimpancés. Capaces de reconocerse a sí mismas en un espejo, identificar personas y resolver rompecabezas.

Donde vivo es otoño y seguramente la que vi estaba buscando provisiones para el invierno.

Se las encuentra con frecuencia al pie de los nogales, seleccionando nueces que después entierran, convirtiendo el hueco en su nevera particular.

A veces se les olvida dónde están, porque hacen muchos y con eso contribuyen a repoblar los bosques. Cuando se ven volando a baja altura en grupos cerca de los árboles, es que están trabajando en acumular provisiones o buscando escondites.

Ahora, cada vez más se las ve en las ciudades. Reforzando vínculos con nosotros. En eso son unas expertas, por lo menos conmigo ya lo hicieron…

Lucy Gómez e1647642232444
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com

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