Gente que Cuenta

Activistas y apáticos, por Lucy Gómez

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Umberto Boccioni,
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La afición por leer o ver noticias de última hora, buscarlas, escribirlas, parten de una pulsión básica, la de enterarse de lo que ocurre en el mundo, más allá de la obsesión chismosa por averiguar con quién sale la vecina o con quién se acuesta.

En mi caso es una pasión por tocar y sentir la diversidad, entender a los demás, saber qué ocurre en otras partes, porqué y hasta dónde afectan los hechos, qué dijo cada uno, qué le impulsó.  Cómo me afecta. Y cómo yo puedo afectar a otros.

La sociedad, a través de mis lentes particulares, está dividida entre aquellos a quienes les interesa la catarata de asuntos que les influyen, así la influencia no sea aparente, cómo se puede inclinar a los demás hacia algún lado, cómo crear entre todos. En la acera de enfrente están aquellos que sienten desinterés, apatía, abulia o simple fastidio por el contacto, porque están convencidos que acabarán así su día sin sobresaltos.

Hace tiempo, en un país donde se producían manifestaciones un día sí y otro también, en plena ebullición social, una amiga que vivía en el centro de la ciudad salió derechito a una manifestación reprimida por la policía, que tenía horas sucediendo, simplemente porque nunca veía un noticiero en la TV si podía evitarlo- “dan sólo malas noticias”, decía-. No oía noticieros radiales, ni leía periódicos. En esta época, habría visto sólo telenovelas en Internet.

Como tuvo que correr un buen rato y lloró por las bombas lacrimógenas, se quejó horrores. Yo le comenté con estudiada indiferencia – a ver si se contradecía o se arrepentía- que cómo era posible que no se hubiera enterado, que “todo el mundo” estaba pendiente de los disturbios. Y me contestó: “¿qué mundo?”. Porque vivía y vive en otro mundo, material y mental.

Por deformación profesional tal vez, tengo que enterarme y tener posiciones ante casi todo. Creo firmemente que lo que hacemos influye en los pensamientos y actos de los demás y eso es importante para mí. No me importa que el panorama mayoritario sea de  “malas” noticias. Las buenas noticias no hacen historia. El activista, que va un paso más adelante, lo creamos equivocado o no, está seguro además de que puede cambiar para mejor las existencias, no solamente las de las personas. A veces se equivoca, pero se mueve. La apatía gana por su parte sin mover ni un dedo, gracias a su esencia. Cada día hay menos posiciones intermedias.

Lucy Gómez e1647642232444
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com

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