
Nairú Manaure es la más pequeña de sus hermanos. Su belleza es una mezcla de serenidad y de inquietud hormonal. Está decidida a irse a trabajar de Maturín para Brasil. En la agitada vida de su barrio la Guaricha se siente extraviada. Y pese a que está temerosa de irse de su casa está decidida a hacerlo.
Una mañana agarra sus pocos coroticos y decide agarrar camino a Manaos. El terminal de Maturín es una gallera sin ningún concierto y ya a las tres horas Nairú va rumbo a Santa Elena de Guiarén y de alli a Manaos.
En las manos lleva su bolso, una botellita de agua y un ejemplar de El Principito. Nairú tiene mucho miedo y lo siente en el cuerpo. No sabe que le espera en Brasil. Toma el ejemplar de El Principito y sigue leyendo en la página 46, que fue donde se quedó la última vez.

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